Patrimonio re-enterrado por la crisis de financiación

Varios son los proyectos de recuperación de patrimonio histórico que han quedado inconclusos: La redescubierta ermita de San Salvador, Castro Ventosa o Monasterio de Montes entre ellos.

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Fundador, CEO de InfoBierzo e InfoLeon
11 de Febrero de 2013
Actualizado: 20 de Abril de 2013 a las 16:41
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La crisis echó el freno de mano a los proyectos de recuperación de vestigios patrimoniales e históricos de la Comarca. En estos tres casos literalmente 'a medias' esperan el retorno nuevamente del futuro para prospecciones que saquen a la luz su pasado.



En el caso de la ermita mozárabe del s.X del San Salvador, entre Toral de Merayo y Rimor, desveló el emplazamiento del antiguo poblado que llevaba este nombre. En 2008 comenzaron los trabajos por el arqueólogo Rodrígo Garnelo, y después de 3 fases, queda detenido y con los vestigios a la intemperie.
Además de la peculiaridad del edificio mozárabe, se produjeron hallazgos como una necrópolis en el interior del templo y aledaños exteriores, con más de 30 enterramientos en losa.
Al menos hasta mediados del s.XVIII la ermita registraba liturgias, puesto que en los informes de varias visitas pastoriles archivadas en el obispado de Astorga, se menciona el estado de ruina que amenaza la integridad del templo. Y así hasta en tres ocasiones a lo largo de tres viajes de autoridades religiosos a la zona, hasta que se dejó de mencionar, suponemos que por su derrumbe finalmente. Así permaneció hasta que en 2008 volvió a salir a la luz.



Caso parecido el de Castro Ventosa y el Centro de Recepción de Visitantes, si bien aquí nos referimos a uno de los reclamos con mayor impronta histórica para El Bierzo.
En 2011 el consorcio para Castro Ventosa que conformaban Villafranca y Cacabelos, culminó la compra de terrenos a particulares por valor de 200.000 euros subvencionados. Después de este paso, se cedió el suelo al CSIC para las prospecciones intramuros y nueva actuaciones de consolidación de la muralla. Desde hace más de dos años, nada se sabe, y las excavaciones realizadas hace un lustro, quedaron en mero testimonio para un proyecto de recuperación del patrimonio arqueológico mucho más ambicioso.



Mayor desatino el edificio diseñado por el arquitecto Eloy Algorri a los pies de este castro como Centro de Recepción de Visitantes. Las máquinas abandonaron la zona con la finalización de la primera fase que supuso una inversión de 326.000 euros, de los cuales 228.000 euros llegaron por la vía de la subvención. Una vía que los consistorios de Villafranca y Cacabelos que conforman el consorcio Castro Ventosa, quieren volver a abrir para obtener los 320.000 euros que restan de una segunda fase dirigida a rematar la edificación y habilitarla de contenido y mobiliario. Por el momento, una mole de cemento como otro resto del pasado derruido en el castro que allí se pretendía mostrar.



El Monasterio de Montes constituye otro de los proyectos de recuperación del patrimonio histórico que duerme el sueño de los justos. En 2010 se acometió una primera fase de la restauración integral del monumento recogida en el Plan director elaborado a comienzos de la pasada década. En aquella ocasión, el servicio territorial de Cultura invertía 317.000 euros en el cambio de toda la cubierta de la iglesia y la recomposición de la fachada principal.
Desde entonces se esperan nuevas fases para evitar la degradación del que fuera referencia monástica del Bierzo y la llamada Tebaida Berciana, todo un reclamo turístico para la Comarca en el valle del Oza.
Entre las actuaciones previstas en el Plan director figura la construcción de una Hospedería monástica, puesta en valor del claustro, cubierta de salas y restauración interior de la iglesia.
Ya avisaba el por aquel entonces delegado territorial de la Junta, Eduardo Fernández, “el plan director prevé unos usos mayores, pero el horizonte final es a muchos años”.

Y así, por muchos años, espera todo este patrimonio de nuevo firmemente el paso del tiempo, sosteniendo ya débilmente la historia sus muros... a ver si la crisis no queda como ese breve espacio en su larga edad, en que se perdió la última oportunidad de rescatar estos enclaves.