Una de las dudas más comunes a la hora de añadir un nuevo miembro canino a la familia es ¿cachorro o perro adulto?
Muchas personas se decantan por los cachorros, por el simple hecho de que así pueden educarlos desde pequeños y moldear el perro a su gusto. Pero por eso mismo, para educar un cachorro debemos de precisar de mucho tiempo, por ejemplo para enseñarle a evacuar en la calle, dependiendo del perro, puede alargarse hasta los 5 o 6 meses de edad. Debemos invertir tiempo en darle una buena sociabilización, ya que eso determinara su comportamiento futuro. Además debemos de ser conscientes de que un cachorro muerde todo lo que este a su alcance ya que necesitan aliviar el dolor que produce el cambio de dentición.
En cambio cuando adoptamos un perro adulto, esta etapa ya esta pasada, por general un adulto es más tranquilo y en ciertos aspectos ya está educado.
Por el contrario de lo que la gente piensa un perro adulto tiene menos problemas de adaptación a su nuevo hogar que un cachorro, lo que nos permite dormir por la noche sin lloriqueos, dejarlo sin miedo a que muerda cosas o haga sus necesidades en casa.
Otra cosa a tener en cuenta es que un perro adulto ya tiene su tamaño definitivo y el carácter desarrollado. Cuando adoptamos un cachorro, sobre todo si es mestizo, nunca sabemos exactamente qué tamaño podrá alcanzar de adulto. Y esto es uno de los motivos por los que muchos perros son abandonados.
Cuando adoptas un perro, en la protectora te pueden informar de cómo es este, si es sociable con otros perros, gatos, niños, etc… Dependiendo de tu estilo de vida te pueden aconsejar sobre perros más activos o por lo contrario más tranquilo y escoger el que mejor se adapte a tu rutina.
Desde Animalia Servet os aconsejamos que valoréis todo antes de tener un perro y si os decidís es mejor adoptar, ya que hay muchos perros viviendo en refugios que han sido abandonados. Y si estas indeciso entre las dos opciones que planteamos, mejor dale una oportunidad a un perro adulto.