La osa localizada la mañana del domingo por un agente medioambiental de la Junta de Castilla y León falleció como consecuencia del lazo ilegal en el que cayó. Se trataba de una hembra de oso pardo cantábrico de 140 kilos y seis años de edad, cuyo cadáver fue hallado en la localidad leonesa de Cariseda, perteneciente al municipio de Peranzanes, en el Valle de Fornela.
El animal estaba sano y tenía "una buena composición corporal" y el único motivo de su muerte fue que cayó en una trampa, un lazo de acero, similar a los empleados para capturar jabalíes de forma ilegal, han informado fuentes de la Universidad de León, donde se realizó la autopsia.
El operativo de agentes medioambientales, celadores y Guardia Civil también inspeccionó la zona donde ha aparecido el cadáver, con el fin de localizar indicios que ayuden a encontrar al dueño de estas trampas ilegales. Precisamente, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil descubrieron otro lazo de acero a unos 60 metros de la trampa que mató a la osa. El segundo lazo ilegal estaba sin usar y se trabaja con la hipótesis de que fue colocado por la misma persona que el primero.
Se debe recordar que este tipo de trampas ilegales, actuación tipificada como infracción administrativa o delito en función del daño ocasionado, pueden tener un grave impacto sobre la fauna, incluida la amenazada como es el caso, existiendo, si fuera preciso, procedimientos legales para poder controlar los daños que ocasionasen los jabalíes.