Lo hace en una carta abierta, y cree que es “de justicia” social con las cuencas disponer de esta infraestructura que también brindaría alternativas de futuro para otros sectores.
El 2015 arrancó con una carta-declaración de la consejera de Fomento del Principado sobre la importancia y la reclamación para Asturias de la denominada autovía a Ponferrada. Desde el punto de vista astur, pues los que habitamos al otro lado de la cordillera solemos llamarla autovía a Asturias por La Espina.
Poco antes en un Foro de debate el consejero de Fomento, y además leonés, Antonio Silván, también señalaba como una segunda prioridad en la zona la mencionada vía. La primera es la Orense-Ponferrada, una de las carreteras más transitadas y a la vez más necesarias de introducir en el siglo XXI.
Muchos de ustedes pensarán que mi condición de alcalde de Palacios del Sil, una bella localidad de la cuenca minera más rentable de España durante más de un siglo, me obliga a sumarme sin miramientos a la petición de la primera autovía frente a la segunda. Pero no es eso.
La provincia de León tiene, a mí modesto entender, tres grandes retos por concluir en materia de comunicación viaria: la autovía León-Valladolid, la Ponferrada-Orense y la Ponferrada-La Espina. Incluso antes que la Alta Velocidad o aeropuertos. Ya lo decía la abuela: Antes de echar a correr mirar si podéis andar.
En serio, está claro que León capital no puede seguir mucho tiempo más sin la unión vital con Valladolid pero también que el oeste de la provincia no debe continuar aislado de los planes de comunicaciones tan necesarios para el mantenimiento de la vida rural, la economía y el progreso de las localidades. En el Bierzo, se diría que salvo la autovía del Noroeste en tiempos de José María Aznar, poco más se ha hecho, porque si bien es cierto que la cuenca del Sil logró que la Junta de Castilla y León realizara un tramo de moderna vía entre Ponferrada y Toreno también lo es que ahí se terminó todo.
Los muchos millones de euros que estas tierras han visto pasar en forma de negro mineral han revertido solo en una parte al lugar de donde procede. Contemplamos pequeños polígonos industriales que, como setas de nuestros bosques, surgieron aquí y allá. Pero la única industria real que alojan son naves de las empresas locales que abandonaron el centro urbano de los pueblos para instalarse más cómodamente a las afueras. Nada de grandes ni nuevas compañías.
Es, por lo tanto, de justicia social, que todos y cada uno de los municipios que componemos el remonte del Sil hasta su nacimiento reclamemos con una sola voz una carretera digna y acorde a los tiempos, una vía donde comunicar con la principal y más cercana población, Ponferrada, con el Hospital donde acudir con nuestros enfermos, disfrutar de unos servicios que quedan a demasiados kilómetros por la irregular orografía.
Ojalá terminemos este 2015 habiendo visto a Asturias y Castilla y León sentadas en la misma mesa para reclamar al Gobierno central la autovía al Principado, sea por La Espina o por donde los ingenieros mejor decidan, pero que se termine.
Fernando Fernández Astorgano,
Alcalde de Palacios del Sil