> El pregón de 'Doña' Beatriz Escudero atrajo el espíritu de Gil y Carrasco para dialogar sobre “un tiempo nuevo” para Ponferrada

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Fundador, CEO de InfoBierzo e InfoLeon
04 de Septiembre de 2015
Actualizado: 11 de Septiembre de 2015 a las 13:10
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La empresaria berciana, Beatriz Escudero, ofició el pregón de las fiestas, y atrajo el espíritu de Enrique Gil y Carrasco a la que fue su plaza, la del Ayuntamiento, y que salió al encuentro de la apelación a valores bercianos de los que habló Beatriz, reclamada entonces como la 'Doña Beatriz' del Señor de Bembibre.

Un pregón que rompió el molde del tradicional encasillamiento de este acto... pero que no es más que la traslación del carácter de Beatriz Escudero, la empresaria y gerente de la multinacional Pharmadus, afincada en la Comarca.

Desde el balcón consistorial reclamó El Bierzo como la patria “donde trabajo y por la que trabajo”, y apeló en el Año Romántico por el bicentenario de Gil y Carrasco, a valores que proyecta su obra, El Señor de Bembibre, y que deben reclamarse para pedir un “tiempo nuevo para El Bierzo”.
Y tan alto fue el reclamo a los valores románticos, que “son la materia que forma ese resplandor de fuerza revestido de melancolía que nos lanza a emprender grandes hazañas” a los bercianos, que el propio Gil y Carrasco (encarnado en la voz de Luis del Olmo) hizo presencia en la plaza para mantener un diálogo con la pregonera.

“Tengamos el coraje de exigir a las instituciones que se atrevan con nosotros a construir un nuevo futuro, una nueva Ponferrada, un Bierzo nuevo”, reclamó la entonces 'Doña Beatriz' Escudero... Que comiencen las Fiestas.

- FOTOGRAFÍAS : VÍCTOR ALÓN

 

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PREGÓN ÍNTEGRO

 

 

 

Pregón Encina 2015. Beatriz Escudero Rubio en el año de Gil y Carrasco


Ponferrada. 4 de septiembre de 2015


BEATRIZ


Autoridades, ponferradinos y bercianos que abrazáis a Ponferrada en estos días...


Peregrinos y viajeros que, aún sin ser de este lugar, compartís una pizca de nuestro sentimiento por esta tierra. ¡¡Ya estamos en fiestas!!


Hace muchos años que he venido escuchando desde esta plaza a los pregoneros que han dado comienzo a las fiestas de la Encina. Nunca llegué a imaginar que algún día sería yo la que estuviera en este balcón. Gracias de todo corazón. Gracias por regalarme este momento.


Aquí, hoy, y ante todos vosotros, me siento muy especial.


Especial porque mis raíces están aquí: en León, en Murias de Paredes y en Salientes… y ellas me anclan firmemente a esta tierra.


Especial porque nací y disfruté de mi niñez en el barrio de Flores del Sil…, y os garantizo que eso imprime carácter.


Especial porque Ponferrada es mi casa, el lugar en el que he visto crecer a mis tres hijos.


Y especial porque El Bierzo es mi ecosistema, la tierra que me ha permitido soñar, volar…. El lugar en el que trabajo y por el que trabajo.


Me habéis otorgado el privilegio de hablaros en un año importante para Ponferrada y para el Bierzo. El Año Romántico, en el que se conmemora el segundo centenario del nacimiento de Enrique Gil y Carrasco, nuestro poeta, nuestro novelista, nuestro crítico, en cuyas páginas podemos encontrar buena parte de nuestra esencia como bercianos.


Gil y Carrasco fue el gran intelectual berciano en el romanticismo español, en los años en que la cultura y el arte reivindicaron para siempre la pasión.


Y si hablamos de pasión, de coraje, hablamos de Doña Beatriz de Osorio, la protagonista femenina de El señor de Bembibre. Una mujer con quien tengo el honor de compartir –además de lo evidente, el nombre–, valores como la lealtad y la rebeldía… y esa pasión y ese coraje, con los que poder encarar cada uno de los desafíos de la vida.


Creo que estos valores son un rasgo que compartimos todos nosotros. Son parte del carácter berciano. Son la materia que forma ese resplandor de fuerza revestido de melancolía que nos lanza a emprender grandes hazañas.


Soy empresaria. Y ser empresaria hoy es afrontar un enorme compromiso. Es apostar por el liderazgo ético, por la honestidad, por la cultura de la innovación con rostro humano.


Soy mujer. Y ser mujer me da una oportunidad para dirigir en femenino, aprovechando nuestras habilidades: la comunicación, la capacidad de construir relaciones escuchando. Es sentir emoción, es la empatía, la flexibilidad, la tenacidad y la habilidad para crear entornos participativos y de cooperación. Es atreverse, es tener el coraje de reivindicar nuestro valor.


Y soy madre. Y ser madre es lealtad a la familia, es amor incondicional y entrega. Es enseñar a nuestros hijos a crecer y a volar con libertad.


Los padres de Doña Beatriz de Osorio, Don Alonso y Doña Blanca, obligaron a su hija a casarse con el Conde de Lemos y se equivocaron. Se equivocaron porque antepusieron sus ansias de poder, de reconocimiento social, de dinero, de pensar sólo en su propio interés. ¿No les suena todo esto a algo muy actual? Los padres de Doña Beatriz tuvieron miedo… y se equivocaron…


ENRIQUE


No puede ser… ¿Eres tú, Beatriz?


BEATRIZ


En El Bierzo sabemos lo que es tener miedo, sabemos lo que es equivocarnos y es nuestra obligación aprender de nuestra historia y construir un futuro diferente.


ENRIQUE


¿Es posible que sea tu voz? ¿Es posible que seas tú la protagonista de la historia que yo imaginé?


BEATRIZ


Eso que escucho, ¿es la radio?


ENRIQUE


Sin duda un milagro tiene que ser esto. Regreso del pasado, doscientos años después, y me encuentro en el balcón principal del ayuntamiento a Doña Beatriz, a mi propio personaje


BEATRIZ


Pero, ¿quién me está interrumpiendo?, ¡Caballero, que estoy intentando dar el pregón!


ENRIQUE


Quien voy a ser sino un pobre poeta que vuelve a la ciudad en la que jugó y soñó siendo apenas un niño…


BEATRIZ


Vaya. Me temo, señores, que se nos ha colado el propio Enrique Gil y Carrasco


ENRIQUE


El mismo. Desde este balcón puedo ver la habitación de mi infancia, en esa casa que está a mi derecha. Soy el mismo Enrique que cruzaba la plaza para ir al colegio de los Agustinos que se levantaba a mi izquierda. El mismo que soñó con templarios jugando entre las ruinas del castillo, al pie del río de las ondas claras y las arenas de oro. Aquí fui niño, como una ceniza que brilla, y hoy soy un recuerdo en vuestros corazones que os habla desde la misma habitación en la que murió mi padre.


BEATRIZ


De vos estaba precisamente hablando. Del Enrique Gil que fue a morir muy lejos de su tierra. A Berlín. De donde, curiosamente, acabo de regresar y honrar su recuerdo.


ENRIQUE


Parece que ese destino, esa tragedia de la muerte, estaba escrito en los artistas románticos de mi tiempo


BEATRIZ


Eso es algo que en El Bierzo hemos padecido en multitud de ocasiones. Nos hemos enfrentado a muchas muertes y nos ha tocado renacer de todas ellas. El miedo es un instinto vital, pero la cobardía es una opción que no nos podemos permitir ahora. Tengamos el coraje de exigir a las instituciones que se atrevan con nosotros a construir un nuevo futuro, una nueva Ponferrada, un Bierzo nuevo. Mostremos para ello altura de miras, humildad y generosidad.


ENRIQUE


Son sabias tus palabras, Beatriz. Aquí he visto una tierra hermosa como pocas que sigue escondiendo lo mejor de sí misma. He visto un paisaje incomparable que nos empeñamos en destruir. He visto unas gentes que con infinita paciencia escuchan promesas que no se cumplen y esperan el milagro sin reconocer que ya lo tienen delante


BEATRIZ


Los bercianos somos personas de futuro, de construir futuro. Pero con arraigo, lealtad y respeto a nuestro pasado. En buena medida esos son rasgos heredados de usted, Don Enrique, fantasioso del pasado, evocador de memorias del tiempo ido, soñador empedernido. Tenemos que sacar nuestras ganas de aprender, de crecer en un entorno de colaboración y con ambición global. Tenemos que crear territorios de innovación, comprometidos con el cambio, con la construcción de nuevas ideas que nos permitan soñar con una Ponferrada, en la que a nuestros hijos les apetezca vivir.


ENRIQUE


En vuestras manos está la responsabilidad de imaginar vuestro propio futuro. Tenéis la obligación moral de no rendiros, de sacar al Bierzo del lugar donde el pensamiento cómodo lo ha colocado, de intervenir para erradicar la piedra de la desolación, la apatía y el individualismo infructífero


BEATRIZ


Ahora, Don Enrique, llegan a Ponferrada nuestras esperadas fiestas de la Encina, en las que todos nos convertimos en una gran familia en torno a la mesa. Ahora toca disfrutar de cada momento juntos, tomándonos una buena infusión, riendo, cantando, participando de la feria y de los conciertos, soñando despiertos, embriagados de esta alegría sin fin que nos viste. Así somos, y así son nuestras fiestas: resultado de nuestro amor por ‘La Morenica’, nuestra querida patrona. Un abanico de tradición, de ofrenda, de diversión, de gastronomía y de música que hoy ponemos en marcha hasta el día de la Encinina. A mí me ha tocado este año la labor de dar comienzo a los festejos. Ayudadme, por favor, Don Enrique. ¿Recordáis lo que le dijo Don Álvaro, el ‘robador de doncellas’, a una Beatriz enamorada?


ENRIQUE


¿Doña Beatriz, queréis confiaros a mí?


BEATRIZ


Oídme don Álvaro, yo os amo, yo os amo más que a mi alma, jamás seré del conde...


ENRIQUE


¿Queréis confiaros a mí y ser mi esposa, la esposa de un hombre que no encontrará en el mundo más mujer que vos?


BEATRIZ


Sí, con vos, con vos hasta la muerte.


Con Ponferrada, con el Bierzo, con todas las gentes buenas, luchadoras, emprendedoras y trabajadoras de esta majestuosa tierra. Con todos hasta la muerte.


Enamoraos de esta tierra y de sus fiestas como lo estaban Don Álvaro y Doña Beatriz


Gracias, Enrique Gil y Carrasco, por acompañarme esta noche.


Gracias ponferradinos y bercianos. ¡A disfrutar!


¡Viva la Virgen de la Encina!


¡Viva el Bierzo!


¡Viva Ponferrada!


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