En la piel del 'Lambrión Chupacandiles', tercera generación anunciando la Semana Santa

Vicente Parra es la tercera generación de una misma familia que da vida a este solitario nazareno y cumple ya 24 años anunciando con su campana la Semana Santa en Ponferrada

05 de Abril de 2014
Actualizado: 25 de Marzo de 2015 a las 11:48
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El 'Lambrión Chupacandiles' forma ya parte de la tradición familiar de los Parra. Tres generaciones ya se han puesto en la piel del nazareno que anuncia el comienzo de la Semana Santa en Ponferrada. Tres 'lambriones' que llevan todos ellos el nombre de Vicente Parra y un cuarto que espera también algún día coger el testigo de su padre, que cumple ya 24 años dando vida a este personaje característico de la Pasión ponferradina.

Era el año 1990 cuando el actual 'Lambrión Chupacandiles', Vicente Parra, relevó a su padre en el papel de este solitario nazareno. “Llevo desarrollando este personaje desde hace 24 años, desde el año 90, en el cual falleció mi padre, que era el anterior 'Lambrión' y antes que el mi abuelo”, explica Parra, que considera que este nazareno forma ya parte de su familia. “Yo desde pequeño recuerdo siempre la figura de mi padre como 'Lambrión', mi abuelo falleció cuando yo tenía tres años, entonces el recuerdo que tengo siempre es el de mi padre”, cuenta.

Recuerda esa primera vez que se vistió el túnica negra en el interior de la basílica de La Encina, que ciñó el cinturón de esparto, colgó a su cuello la medalla de la Hermandad de Jesús Nazareno y recorrió las calles haciendo sonar la campana, antesala del pregón que al día siguiente abre oficialmente la Semana Santa. “Por las circunstancias fue una mezcla de tristeza y alegría, triste porque mi padre había fallecido y yo estaba en su lugar y alegre porque para mi es un enorme orgullo vestirme de nazareno y representar lo que siempre he vivido con mucha emoción”, confiesa.

“Para mi el 'Lambrión chupacandiles' representa mucho, no es sólo un personaje sino toda una vivencia”, explica Parra, que reconoce que en estas más de dos décadas poniéndose en su piel ha habido momentos difíciles. “Es un día en el que la gente todavía no es consciente de que es ya la Semana Santa porque es el sábado anterior al Domingo de Ramos y ver a un señor vestido de nazareno, en solitario y haciendo sonar una campana puede resultar muy raro, sobre todo para alguien que no sea de por aquí”, aclara este 'lambrión', que reconoce que incluso en algunas ocasiones la gente ha llegado a meterse con él. “Hace quince años hasta podía entrañar un cierto riesgo salir”, apostilla.

Pero eso ha cambiado y esta figura tiene cada vez un mayor peso en la celebración de la Semana Santa en Ponferrada, incluso se ha convertido en uno de los ejes centrales del expediente que se impulsa desde la Hermandad de Jesús Nazareno para su declaración como fiesta de interés turístico nacional. “Es una figura exclusiva de aquí de Ponferrada, no la hay en ningún otro lugar de España, sólo en nuestra Semana Santa, por lo que es una seña de identidad nuestra y es uno de los actos a destacar en el expediente de declaración de interés turístico nacional, uno de los puntos fuertes en los que insistimos para esa declaración”, defiende el mayordomo de la Hermandad de Jesús Nazareno, Marco Antonio Morala.

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Hasta el aceite de los candiles

La tradición del 'Lambrión chupacandiles' es tan antigua como la propia Hermandad de Jesús Nazareno, la más antigua de Ponferrada con cerca de 400 años de historia. Este personaje anuncia los actos de la Pasión recorriendo en solitario las calles de la capital berciana y haciendo sonar su campana una semana antes del Domingo de Ramos, explica Morala, “para que los cofrades se preparen y tengan listas sus túnica, cruces y todos los complementos”. Un personaje peculiar que en sus orígenes sí era seguido por los niños y que siempre ha llevado el atuendo histórico de esta hermandad, con el único añadido de la campana, que es el complemento que realmente caracteriza a este nazareno.

Una campana que también tiene su historia. La original está ahora en el Museo de las Cofradías porque estaba dañada y ahora Vicente Parra saca otra que también usó su padre. “Al poco de salir, la original se deterioró y desde la Hermandad me la pidieron para repararla y ya quedó en el Museo de las Cofradías, bien es cierto que mi padre ya antes tenía otra, que es la que estoy usando yo”, explica Vicente Parra.

Su nombre, dicen, viene del gusto de este personaje por el vino. “Cuando nació la Hermandad de Jesús Nazareno en el siglo XVII no había iluminación eléctrica y en las calles sólo había unos candiles de aceite”, cuenta Morala, que explica que durante la Semana Santa las bodegas del entonces pueblo de Ponferrada tenían ya el vino nuevo e invitaban a este solitario nazareno a probarlo y se bromeaba con que “se bebía todo el vino y también hasta el aceite de los candiles”. “De ahí le quedó lo de 'chupacandiles' y lo de 'lambrión' sería por glotón y porque también le darían de comer”, bromea el mayordomo de Jesús Nazareno.

El ritual comienza en el interior de la basílica de La Encina. “Cada año, a las cuatro de la tarde me dirijo a la basílica de la Encina, me visto, cojo mi campana y tras recibir unas palabras del párroco de la basílica, Antolín de Cela, inicio el recorrido prácticamente por toda la ciudad”, cuenta Parra, que explica que sale por la calle de La Obrera hasta el castillo de los Templarios para cruzar el río Sil por el puente de García Ojeda, la avenida del Castillo hasta la glorieta del Templario y después por la avenida de España hasta la plaza Lazúrtegui. Desde allí se dirige hasta la iglesia de San Pedro y, bien por la calle Real o por la avenida de la Puebla, por la calle General Vives hasta El Plantío, calle Ancha, Ayuntamiento de Ponferrada y por la calle del Reloj para acaba de nuevo en la basílica.

“Siento algo muy importante por la figura del 'Lambrión', desde que nací lo he vivido en casa y como tal lo llevo y mi hijo también lo ha vivido siempre con mucho interés”, asegura Parra, que seguirá año tras año poniéndose en la piel de este nazareno y tranquilo por parece que esta estirpe de 'lambriones' está garantizada con su hijo, que también se lleva su nombre. Y es que aunque debe ser aprobado por el Cabildo, asegura el mayordomo de la Hermandad Jesús Nazareno, “siempre se ha respetado el mantenimiento de esta tradición familiar”.

“Mi hijo tiene ahora mismo 25 años y, por supuesto, es nazareno desde que nació”, explica orgulloso Parra, que apostilla que habría que preguntarle e él. Aún así, confía en que siga sus pasos porque también ha vivido la figura del 'Lambrión Chupacandiles' desde que era muy pequeño y “no ha faltado ni por uno ni por otro motivo a la Semana Santa de Ponferrada”. “Yo creo que sí, que también lo será cuando yo falte, pero directamente nunca se lo he preguntado”, confiesa.

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