Fabero reactivará los antiguos depósitos de agua para paliar los problemas de abastecimiento causados por el incendio de septiembre

Técnicos de la Consejería de Sanidad analizan el agua de las fuentes para comprobar si sigue arrastrando ceniza

17 de Octubre de 2016
Actualizado: 22 de Octubre de 2016 a las 13:28
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El municipio berciano de Fabero pondrá en funcionamiento los antiguos depósitos de agua situados en varias localidades del término municipal con el objetivo de que los vecinos puedan volver a utilizar el agua corriente para el consumo humano, tal y como explicó hoy la alcaldesa, Mari Paz Ramón. La medida responde a los problemas de suministro sufridos en los últimos días a consecuencia de las lluvias, que han arrastrado la ceniza provocada por el gran incendio que el pasado mes de septiembre arrasó más de 2.600 hectáreas en las cercanías de la localidad de Bárcena de la Abadía.

En este sentido, varios técnicos de la Consejería de Sanidad de la Junta analizan este lunes el agua de esos depósitos aunque Ramón adelantó que “no va a haber ningún problema” para dar el visto bueno a la medida. Los análisis se extienden al agua de las fuentes, que ya aparece “bastante transparente” después de tres días en los que su aspecto era turbio. “El agua aún no se puede beber”, reconoció la regidora, que matizó que “empieza a valer un poco para las cosas de casa, como preparar la lavadora, pero no para beber y cocinar”. Los técnicos apurarán los análisis para que la población tenga acceso a agua de consumo humano “en el menor tiempo posible”, subrayó la alcaldesa.

Al respecto, la regidora insistió en que “hay que buscar una solución” y recordó que el problema no se ha agravado gracias a que las lluvias de las últimas horas han sido de poca intensidad. “Pondremos a funcionar los depósitos antiguos de Fabero, Lillo del Bierzo, Otero y Bárcena para que, en caso de que llueva o nieve con más fuerza, no tengamos problemas durante estos meses de invierno”, anunció Ramón, que adelantó que técnicos del Somacyl comprobarán también los problemas originados en la depuradora a raíz del fuego.

Abastecimiento con camión cisterna

Para reducir las molestias causadas por el problema, el Ayuntamiento de Fabero puso el viernes a disposición de los vecinos un camión cisterna lleno de agua potable, que continúa hoy instalado en la cabecera del municipio. “Tenemos la cuba de manera permanente en el parque de Fabero aunque la podemos acercar a cualquier vecino que necesite más agua, así como a las residencias geriátricas o los hoteles”, explicó Ramón. En el caso de la localidad de Bárcena de la Abadía, el transporte de agua se realiza en el coche de bomberos de que dispone el consistorio, para evitar que los vecinos tengan que desplazarse.

Obras de mejora de la captación

Por otro lado, los técnicos de la Junta también analizaron la posibilidad de fijar el terreno con paja y semillas para evitar que las lluvias arrastren la ceniza hasta el punto de captación de agua para el consumo humano. Según explicó Ramón, el veredicto de los especialistas es que la medida “no es factible cuando hay cerca una captación ya que se podría empeorar el arrastre”. Cabe recordar que el punto donde se sitúa la captación de agua de Fabero, en el arroyo Fresnedelo, fue una de las zonas más afectadas por el incendio de septiembre.

En este sentido, la regidora recordó que el municipio es beneficiario de una subvención de la Consejería de Fomento cercana a los dos millones de euros, cuyo objetivo es retomar las obras de mejora de la captación, que se encuentra en un lugar “escarpado” y precisa de la construcción de un nuevo túnel. “Estamos a la espera de que el consejero llame para ver como de avanzado está el proyecto”, resumió Ramón, que valoró que la actual captación es “buena”. Al respecto, la alcaldesa recordó que “el problema está causado por el incendio”. “La culpa la tuvo el incendio y la persona o las personas que lo provocaron y ahora los vecinos de todo el municipio seguimos pagando esa locura”, lamentó Ramón.

Al día siguiente del incendio, el Ayuntamiento de Fabero ya pidió a los vecinos que no bebieran agua del grifo durante los siguientes tres días. En aquella ocasión, el “fuerte olor a humo” fue el causante de la petición. Además, el fuego afectó a los cables eléctricos que alimentan las bombas de agua de varias localidades, lo que provocó que el suministro de agua corriente quedara interrumpido en Lillo del Bierzo y Otero.