Gago estaba “muy mal” tras la detención de Triana pero no contó que la había visto ese día hasta que apareció el revólver

La agente se puso en ese momento “nerviosísima, lloraba sin parar y estaba cerca de la histeria”, según relata esta amiga que estuvo presente cuando se encontró el arma.

04 de Febrero de 2016
Actualizado: 08 de Febrero de 2016 a las 10:12
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Una amiga de Gago que la llamó después de saber que Triana y su madre estaban detenidas y a que la agente de policía local y su hermana citaron en su casa en la tarde-noche de los hechos declaró este jueves que la policía local no comentó que había visto a Montserrat y a su hija poco antes del asesinato ni que se hubiera encontrado con Triana minutos después.

El día de los hechos, cuando se reunió un grupo de amigas en casa de Raquel, todas estaban afectadas. Gago le comentó que estaba “muy mal y que no dejaba de darle vueltas a lo que había pasado”. Esta amiga también estuvo presente en el momento en el que se descubrió el bolso que contenía el revólver dentro del coche de Raquel, cuando se iba a introducir dentro una bicicleta.

Según explicó, en el momento en el que la declarante lo vio, cuando Raquel ya lo había localizado y lo sostenía, el bolso estaba en el suelo, detrás del asiento del copiloto, en el lugar donde se colocan los pies. Relató que Gago se puso “nerviosísima, lloraba sin parar, estaba cerca de la histeria”. Después, reconoció haber visto a Triana la tarde anterior, haber tomado café con ella y con su madre, les habló de su encuentro con el controlador de la ORA y de que Triana había aparecido y le había abierto el coche.

Sobre la inspección hecha en el coche por el policía al que llamó Gago para contarle el hallazgo del arma, dijo no recordar la secuencia con detalle. Sí explicó que cuando preguntaron por la aparición del bolso, Raquel les repitió lo ocurrido el día antes pero no detalló que Triana la había llamado poco después del suceso. Cuando llegaron los policías de Burgos a casa de Gago interrogaron a la agente local por lo ocurrido, ella contestó a todas sus preguntas y les mostró su teléfono móvil, antes de revisar el bolso.

Carrasco y Triana

La declarante oyó a Triana quejarse de Isabel Carrasco. “Cuando entró a trabajar en la Diputación la ensalzaba mucho y luego la historia fue cambiando y me llegó a decir que se habían puesto muy mal las cosas y que no encontraba otros trabajos por su causa. Se quejaba mucho de cómo fue la oposición y que no se había jugado limpiamente” recordó. Posteriormente, la relación con Triana se fue enfriando, aunque negó que fuera a partir de los problemas que tuvo la acusada con Hacienda, donde trabajaba su madre.

Reunión de amigas

Otra amiga de la hermana de Gago y de la agente, que también se reunió con ellas en la tarde-noche del asesinato declaró que “todo el mundo sabía que Triana responsabilizaba de su despido a Isabel Carrasco”. En ese encuentro, al que llegó la última, Raquel comentó que Triana le había invitado a comer ese día pero que no había aceptado. “Estábamos sorprendidas de lo ocurrido”, apuntó. Al día siguiente, habló con la policía local cuando ésta ya estaba declarando en Comisaría tras la aparición del arma pero Gago, a la que definió como “muy buena persona”, no le comentó nada al respecto.

Un emocionado testimonio

El juicio por la muerte de Isabel Carrasco vivió hoy uno de sus momentos más intensos con la declaración de la hija de la dueña de la tienda de manualidades a la que Raquel Gago dijo que iba a comprar pinturas el día de los hechos. La mujer prestó un emocionado testimonio en el que rompió a llorar y provocó también las lágrimas en la agente de policía local.

Después de asegurar que debido a la enfermedad de su madre la tienda funcionaba con bastante “desbarajuste”, explicó que en aquellas fechas el establecimiento abría a las cuatro de la tarde, refrendando así la versión de Gago de por qué se encontraba allí esperando desde hacía tiempo cuando se encontró con un controlador de la ORA y posteriormente apareció Triana, quien introdujo el revólver en su coche sin que ella se diera cuenta, siempre según el testimonio de Gago. “Me parece muy injusto todo esto. Me siento fatal porque mi madre estaba muy enferma y estaba la tienda cerrada”, manifestó entre lágrimas.