Inquietud entre los agricultores bercianos por el retraso de las ayudas de la Junta para paliar los efectos del fuego bacteriano

Los agricultores se mantienen a la espera de que la órden sea publicada en el Bocyl para cobrar el 47% de cada ejemplar que hubo que reemplazar en la anterior campaña a causa del fuego bacteriano. En El Bierzo, la plaga afectó al 60% de las fincas de productores

27 de Julio de 2015
Actualizado: 29 de Julio de 2015 a las 14:20
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A una semana de finalizar el mes de julio, los agricultores bercianos siguen sin tener noticias de la subvención que la Junta de Castilla y León había anunciado el pasado mayo para paliar los efectos devastadores del fuego bacteriano que, según cifraban los servicios territoriales de la Agricultura a finales de 2014, afectó al 60% de las fincas de peral de las localidades de Cacabelos, Camponaraya y Carracedelo, principalmente. El jefe del Servicio de Agricultura fijaba a finales de mayo la primera semana de julio como fecha límite para hacer pública dicha ayuda y así poder comenzar a repartirlas.

La subvención, que asciende a 250.000 euros, "debería haberse publicado ya en el Bocyl", confirma el director técnico del Consejo Regulador de Pera Conferencia y Manzana Reineta del Bierzo, Pablo Linares,"o eso es lo que nos trasladaron desde la administración", matiza, "pero a estas alturas del verano todavía no hemos sabido nada". Esto hace que los agricultores de la Comarca, que la pasada campaña tuvieron que hacer frente a los gastos que supuso la replantación de los árboles, empiecen a inquietarse por el miedo a que todo quede en el olvido. No obstante, Linares adelanta que, "de momento, vamos a esperar un poco más antes de mover ficha porque sabemos que con el tema de las elecciones y los nombramientos de los nuevos cargos hay algo de revuelo, pero retomaremos el tema en breves y hablaremos con quien haga falta".

Con este dinero se beneficiarán los agricultores que hayan tenido que reemplazar frutales debido a algún tipo de plaga. En principio, se abonará el 47 por ciento de cada ejemplar, el tope máximo que permite la UE, pero si es necesario se prorrateará el porcentaje para que no haya ningún agricultor que se quede fuera de la subvención.