La plaza y calle de 'El Cristo' de Ponferrada, un espacio que añora su época dorada

La crisis económica hace mella en esta céntrica zona ponferradina que aún conserva algunos de sus primeros establecimientos. Esta es la historia de este rincón de la ciudad y sus 'supervivientes' comerciantes.

01 de Enero de 2014
Actualizado: 21 de Septiembre de 2014 a las 10:01
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La ermita del Santo Cristo de la Misericordia dio nombre a la plaza de El Cristo de Ponferrada, ya que se construyó, en el mismo lugar en el que se asentaba la capilla, una vez ésta fue derriba. Tuvieron que pasar más de 30 años para que el templo se instalara en la plaza El Cristo, porque desde 1752 hasta 1864 la capilla, que formaba parte de la antigua iglesia de San Pedro y que estaba situada en la avenida de La Puebla, fue demolida para construir la carretera Madrid-Coruña, que hasta entonces no pasaba por la capital berciana.

La Cofradía del Santo Cristo de la Misericordia solicitó en numerosas ocasiones la construcción de una nueva capilla y en 1894 se edificó, en la actual plaza de El Cristo, la nueva ermita, que estaría en funcionamiento hasta 1960 cuando por motivos urbanísticos, y debido a que ya no se celebraban allí oficios religiosos, este templo fue demolido.

El historiador Vicente Fernández recuerda que “era una capilla humilde y sencilla” que, en los últimos años, ya casi no funcionaba, por lo que el Ayuntamiento decidió venderla, dejando una parte para plaza y la otra, la parte trasera, la compró la familia De la Puente, que abrió allí una droguería.

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201331_054 El edificio central de la imagen ocupa el lugar de la antigua ermita

Y es que la céntrica calle de El Cristo ha sido siempre una zona eminentemente comercial, no en vano aún conserva algunos de sus primeros establecimientos. Pero, en ese espacio ponferradino también se asentaba el emblemático Teatro Adriano, que, durante años fue el gran reclamo cultural, y que se convirtió en uno de los principales puntos de encuentro de muchos ciudadanos hasta julio de 1977 cuando debido a un incendio, originado por causas que se desconocen, esta sala ofreció sus últimos pases.

Asimismo, durante años, junto a las puertas del que fuera el Teatro Adriano se podía encontrar limosneando a Miguel Ángel Barrio, más conocido como Pilufo, un mendigo, que se dejaba ver, especialmente los días de mercado, acompañado de un par de perros y un cartón de vino. Un hombre que a base de sencillez conquistó el cariño y el corazón de todos los bercianos, y que cada Navidad montaba su tradicional belén en su particular rincón de la calle de El Cristo, un nacimiento que llegó a convertirse en una estampa tradicional de la ciudad durante la época navideña. Pilufo falleció en agosto de 2010, a los 54 años de edad, pero su legado sigue vivo, ya que, ese mismo año, decenas de personas se sumaron a la iniciativa, impulsada a través de la red social Facebook, que bajo el lema ‘Este año el Belén de Pilufo lo montamos entre todos, pretendía rendir homenaje al ‘trotamundos’ de El Bierzo.

Pero, la calle de El Cristo también se ha caracterizado por ser un espacio meramente comercial. De hecho, muchos de los locales que, en la actualidad alberga esta parte de la ciudad son establecimientos con solera, ya que algunos de sus propietarios llevan varias décadas atendiendo a los clientes. En el año 1952 abría sus puertas en esta céntrica calle Ponferradina Casa Benavente, un negocio familiar que lleva más de sesenta años en funcionamiento y que levantó el padre de América Benavente, la actual propietaria de este establecimiento. Benavente lleva 47 años al frente de este negocio, en el que los clientes pueden adquirir todo tipo de bombillas, un local que a finales del 2014 cerrará sus puertas al público por jubilación, un retiro forzado por la actual coyuntura económica que ha provocado que las ventas hayan caído en picado en los últimos tiempos.

Previamente, en el año 1933 Federico López Brea fundó Casa Federico, la primera tienda de ropa de hogar que se podía encontrar en la capital berciana. El establecimiento abría sus puertas en un local que con anterioridad había sido una camisería y que, a día de hoy, aún conserva parte de su mobiliario.

En la actualidad, Casa Federico, que tiene tres tiendas en Ponferrada, dos de ellas en la calle del Cristo, se ha convertido, al igual que Casa Benavente, en un negocio familiar, ya que los dos establecimientos, que siguen atendiendo a sus clientes en esta céntrica calle, ochenta años después de su creación, están regentados por un hijo y un nieto de su fundador.
“Llevo 67 años despachando en esta tienda”, reconoció Ricardo López Brea, el hijo de Federico. Más de seis décadas al frente de un negocio que ha vivido épocas de bonanza y otras no tan buenas, ya que, tal y como recuerda el actual propietario de Casa Federico, “los comienzos fueron difíciles, porque apenas se vendía nada”. “Podías vender cuatro pesetas, porque casi todo eran céntimos”, una situación que parece que está retornando con la llegada de la crisis económica y la apertura del centro comercial, que hace que muchas personas opten por comprar en esta gran superficie en vez de en los establecimientos de toda la vida.

A escasos metros del inicio de mercado también se puede encontrar la librería Zorrilla, uno de los primeros establecimientos que abrió sus puertas en la plaza El Cristo y que aún está en funcionamiento, y una administración de lotería, que en la actualidad regenta José Luis Salas Pérez, nieto de Adelino Pérez, el primer lotero de El Bierzo, que antes de 1930 abría su administración de lotería en la calle Gil y Carrasco de Ponferrada, un establecimiento que posteriormente se trasladaría a la Avenida de La Puebla, y que en la década de los 80 se instalaría finalmente en la Calle del Cristo, después de que el local de la avenida de La Puebla se convirtiera en pasto de las llamas.

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La plaza del Cristo ha sido siempre una calle de mucho tránsito, especialmente los días de mercado, que hace años, sólo se celebraba un día a la semana, y ha pasado de ser el lugar por el que pasaba la carretera general a convertirse en una zona que gana espacio para el peatón, después de que enero de 2011 dieran comienzo las obras de remodelación de este vial, que desde entonces sólo cuenta con un carril de circulación y con aceras más anchas. Además, con esta remodelación también se suprimieron los aparcamientos de carga y descarga, una medida que unos comerciantes aplauden y otros rechazan, ya que estos últimos creen que con esta reforma se ha perjudicado a sus locales.

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