Las escuelas rurales de Amós Salvador, el arquitecto para los niños del Bierzo

Hace un siglo este arquitecto y político riojano "dibujó" los proyectos que permitieron que decenas de pueblos del Bierzo, la mayoría en pueblos de Ponferrada, y Laciana pudieran tener su colegio.

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Fundador, CEO de InfoBierzo e InfoLeon
19 de Octubre de 2014
Actualizado: 19 de Febrero de 2015 a las 19:30
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El arquitecto y diputado Amós Salvador, Manuel de Cárdenas y Octavio Álvarez Carballo en 1918 El arquitecto y diputado Amós Salvador, Manuel de Cárdenas y Octavio Álvarez Carballo en 1918

Hace un siglo este arquitecto y político riojano "dibujó" los proyectos que permitieron que decenas de pueblos del Bierzo y Laciana pudieran tener su colegio




20141019_010 Plano inicial para la escuela de San Lorenzo, en Ponferrada, de 1911

En los últimos tiempos, muchas escuelas rurales han cerrado sus aulas por la falta de niños y las exigencias del actual sistema educativo, pero hace un siglo hubo un hombre cuya preocupación y compromiso permitió que decenas de pueblos en el Bierzo y Laciana tuvieran su colegio como una herramienta más para el cambio social. Ese hombre era Amós Salvador, un arquitecto y librepensador de origen riojano, que diseñó cerca de una treintena de edificios escolares en ambas comarcas leonesas.


En Laciana fueron nueve las escuelas que se levantaron según los planos de Salvador y para el Bierzo redactó proyectos para cerca de una veintena de ellas en las zonas de Ponferrada y Folgoso de la Ribera, aunque no hay constancia de cuantas exactamente pasaron finalmente del papel a la realidad, según explica el escritor Víctor del Reguero, autor del libro 'Amós Salvador Carreras. Escenas Leonesas 1906-1931'.


En el Bierzo Alto, fueron las de Boeza, Tremor de Abajo, El Valle, Tedejo, Rozuelo, Folgoso de la Ribera y La Ribera de Folgoso, mientras que en la zona de Ponferrada los proyectos señalan a una contrucción dentro de la propia ciudad -no se sabe si finalmente se construyó- y el resto en los pueblos de Campo, Columbrianos, Dehesas, Fuentesnuevas, Otero, Rimor, Ozuela, Montejos, San Lorenzo, Santo Tomás de las Ollas, Toral de Merayo, Valdecañada y Bárcena del Río -que quedó anegada por el pantano tras la construcción de la presa-.


A estas se suma el colegio de Páramo del Sil, en 1915, hecho con la aportación de Octavio Álvarez Carballo, su cuañado. “Muchos de estos planos son del año 1911, llevaba un año de diputado por Ponferrada con el Partido Liberal, y se puede decir que los regalaba, no los cobraba como arquitecto, tengo alguna carta en la que le dice al paisano del pueblo: 'Te mando este proyectito y a cambio me vale que me mandes un queso'. Era una cosa simpática, hacía los planos a cambio de que le mandaran un queso o un lomo a Madrid”, apunta Del Reguero.


Pero realmente no es la variedad gastronómica lo que anima a Amós Salvador a colaborar con los pueblos y su educación. Él tenía el convencimiento de que había que comprometerse para mejorar la sociedad y tenía muy presente la llamada cuestio social. Un convencimiento que años más adelante, con la propia deriva del país, le llevó a implicarse políticamente y convertirse en la mano derecha del republicano Manuel Azaña, llegando a ser su ministro de Gobernación en 1936. “Lo pagó caro”, apostilla el escritor, ya que al estallar la Guerra Civil tuvo primero que refugiarse en Francia y después exiliarse a Venezuela.


Un hombre comprometido


La figura de Amós Salvador se forja en los primeros años del siglo XX, en un momento de decadencia social y económica derivado de la crisis que despertó tras el desastre de Cuba de 1898 y marcado por los primeros pasos del 'regeneracionismo' . “Él estaba encuandrado en esa esfera de personas que creían que había que hacer las cosas de otras manera y que, obviamente, no se quedaron quietos, sino que se pusieron manos a la obra y a participar”, señala Del Reguero, que explica que desde su posición como miembro de un elitista Ateneo de Madrid impulsó junto a su hermano -abuelo de Miguel Boyer- la llamada Universidad Popular, de la que fueron pioneros.


En León, donde llega de la mano de su esposa, Josefina Álvarez Carballo, que pertenecía a una familia de propietarios muy importante y conocida vinculada a Caboalles de Abajo, participa en la creación del Ateneo de León, promoviendo conferencias y conciertos, y después en Laciana impulsa la Liga de Amigos de la Escuela, a través de la que construye varios edificios escolares, continuando con esas actividad después en la zona de Ponferrada y el Bierzo. “El venía todos los años a veranear aquí, por eso tenía esas vinculaciones tan grandes con esta zona”, apostilla Víctor del Reguero.


Así, su contribución a la construcción de estas escuelas se encuentra dentro de la “conciencia colectiva de pueblo”, donde cada uno aporta lo que tiene o lo que puede. “Él hace el proyecto, en ocasiones algún misántropo hará un donativo para pagar a los canteros o la madera, los propios paisanos de los pueblos van con los carros a por la madera y la piedra, todos trabajan, cada uno aporta lo que puede o lo que tiene y de ahí salen estas obras colectivas, pensadas para el bien común de los pueblos”, recalca el escritor.




Escuela de Tedejo en el municipio de Folgoso de la Ribera diseñada por el arquitecto Amós Salvador Escuela de Tedejo en el municipio de Folgoso de la Ribera diseñada por el arquitecto Amós Salvador

Con mucha luz


Desde el punto de vista arquitectónico, Amós Salvador muestra en sus construcciones escolares en el Bierzo y Laciana una gran preocupación por la iluminación, con simetría de huecos en fachada y grandes ventanales para aprovechamiento de la luz natural. “Cuanta más luz mejor, que al mismo tiempo es un foco de calor”, señala Del Reguero, que explica que además este arquitecto fue pionero en rebajar las alturas de las plantas hasta los 2,40 metros -que ahora ya es prácticamente la medida normal'-.


“Antiguamente era muy corriente dejar los techos de las casas muy altos, se creía que era más higiénico, y el empieza a bajar las alturas en lo que era la 'vivienda mínima', viviendas de tipo económico para obreros”, añade el escritor, que destaca que Salvador fue una persona que incorporó muchas novedades a su actividad como arquitecto, al ser una persona de la burguesía tenía la posibilidad de viajar por Europa, participar en congresos y tener relación con los principales arquitectos de la época.


Unos elementos que también incorporó a su proyectos para las escuelas, con esa apuesta por la luz natural y por simplificar las líneas, huyendo de elementos decorativos. “Era una arquitectura muy funcional, pero que al mismo tiempo tenía la belleza de lo sencillo”, insiste Del Reguero, que reconoce que gracias a él muchos pueblos del Bierzo y Laciana tienen escuela -aunque muchas en los últimos años hayan perdido ese uso escolar- y durante décadas pudieron educar a sus niños en unas condiciones adecuadas.


“De otro modo hubiera sido muy complicado, precisamente Amós Salvador, siendo diputado, comprobó que por el cauce oficial eso no salía adelante y junto a otras personas se puso manos a la obra para ayudar a que los pueblos tuvieran escuela”, recalca Del Reguero, quien reconoce en él a un personaje digno de reivindicar y conocer, con una vida intensa y extensa plagada de acontecimientos que le sitúan en la primera línea pero que, a su vez le mantienen siempre en el segundo plano al que la Historia parece haberle relegado.




Vista de la escuela de Rozuelo Vista de la escuela de Rozuelo

20141019_014 Plano escuelas de Fuentesnuevas, en Ponferrada, de 1911

20141019_015 Plano para la escuela de Toral de Merayo, en 1911