Los forenses tienen claro que "Montserrat no padece ningún trastorno" y un psiquiatra los contradice: "tiene ideas delirantes"

Fría, dominante y dogmática, según los informes de las forenses, tenía “sentenciada” a la presidenta y nunca mostró arrepentimiento, mientras el psiquiatra afirma que sufre un cuadro de paranoia, tenía una visión de “omnipotencia” de la víctima y considera que ha hecho justicia.

11 de Febrero de 2016
Actualizado: 13 de Febrero de 2016 a las 12:42
Guardar
460
460
03PRN201602318813 Las médicas forenses Jacoba Hernáiz (I) y Julia Martín (D), durante su declaración en la decimoquinta jornada del juicio (Peio García).

Las dos médicas forenses que visitaron a Montserrat González declararon este jueves que no padece ningún trastorno patológico y tampoco delirante, que es algo que no aparece de forma brusca y repentina y que persiste durante la vida de la persona desde que surge, según explicaron las forenses. Montserrat quiso mostrarles aspectos negativos sobre la víctima y las cosas en las que había perjudicado a su hija.

Contraria a la declaración de las forenses, la de un psiquiatra que visitó  a Montserrat González en varias ocasiones a propuesta de su defensa. Un cuadro de paranoia, con un trastorno de ideas delirantes persistente y manía persecutoria es el diagnóstico presentado en la sesión de este jueves del juicio por el asesinato de Isabel Carrasco. El psiquiatra sostuvo en el juicio por la muerte de Isabel Carrasco que la autora confesa de los disparos padece una convicción delirante “que a veces no guarda relación con la realidad y que se convierte en una idea obsesiva real, que cristaliza, no evoluciona y actúa como un motor muy poderoso”.

La sensación de persecución que, según este psiquiatra, vivía Montserrat hace que considere que ha obrado correctamente porque en este tipo de pacientes llega un momento en el que se sienten tan acosados que se ven obligados a actuar; “necesitan ya finalizar eso porque no soportan la tensión”.

La mujer, explicó, consideraba que la víctima perseguía y acosaba a su hija y era la fuente de todos lo malo que les ocurría. Al ver a Carrasco como todopoderosa y pensar que era imposible luchar con eso, llegó a la conclusión de que no había ningún mecanismo con el que actuar salvo eliminar a la persona. Por eso, considera que hizo justicia, algo “necesario y positivo para la sociedad”, aunque sabía que cometía un delito entiende que eso esté penado. Montserrat obró, manifestó, "casi en una situación de estado de necesidad ante una persona malvada que persigue a su hija".

Montserrat, angustiada por la situación de su hija -según el informe de este psiquiatra-, con la que mantiene una convivencia intensa y más estrecha de lo habitual, debido a una enfermedad que padeció Triana, y especialmente preocupada por su situación personal, después de vivir conductas de suicidio en el entorno familiar, se vio afectada por ese trastorno que “tiñe todo su entorno”. En esa condición de paranoide que el atribuye enmarca que presenten más resentimiento que arrepentimiento tras el asesinato.

Con escasa tolerancia a la frustración y en la convicción de que Carrasco infringía una persecución “implacable” hacia su hija, tuvo una reacción “violentísima”, disparando y rematando a la víctima, que este médico vincula directamente a ese trastorno. “Tiene una especie de psicosis que queda encapsulada. El paranoide va programando y cuando comete el delito, mata y remata y eso lo hace una persona que ni es violenta ni agresiva ni tiene antecedentes y eso constituye nuestra convicción de que existe ese delirio”, detalló el psiquiatra.

La acusación que representa al novio de la víctima recordó que Montserrat anunció que “iba a darse por loca” cuando reconoció el crimen y declaró en Comisaría. También preguntó si el cuadro que describe el psiquiatra puede estar vinculado al consumo de marihuana por parte de la acusada.

Informe de los forenses

En las dos ocasiones que las médicas forenses se entrevistaron con la acusada, Montserrat justificó la muerte de Isabel Carrasco y dijo “que era lo único que podía hacer, la tenía sentenciada porque le estaba haciendo la vida imposible”. En la primera ocasión sí se mostró más afectada y comentó que quizá no lo tenía que haber hecho justo en el momento en el que ocurrió “porque había mucha gente, por su hija y por Raquel”.

La valoración que hicieron la describe como una persona fría, con poca capacidad para empatizar, de carácter dominante, dogmática y con capacidad para establecer lazos afectivos, aunque donde realmente se siente bien es en su núcleo familiar. También mostró muchas expectativas sobre su hija y además de no mostrar arrepentimiento les pareció evidente que “sabía lo que hacía” cuando mató a Isabel Carrasco.

La defensa de Montserrat, tras enumerar todos los perjuicios que atribuye a Carrasco sobre Triana, no logró que las peritos forenses reconocieran la existencia de un trastorno delirante de tipo persecutorio. “No, porque eso son hechos reales”, subrayaron.

Sobre Triana

Triana Martínez no muestra ninguna alteración mental y en las dos entrevistas mantenidas con dos médicas forenses que declararon hoy en el juicio por la muerte de Isabel Carrasco mostró un elevado concepto de sí misma. “Considera que es una persona capacitada, buena persona, que disfruta ayudando a los demás y que espera recibir una recompensa por ello”, según señalaron las facultativas.

No conseguir sus metas puede provocar frustración, que podría ser la base de su supuesta implicación en los hechos que se juzgan. La acusada se rige por sus propias decisiones y se mostró molesta sobre lo ocurrido por las repercusiones que los hechos tenían sobre ella y sobre su amiga Raquel.

Con una inteligencia por encima de la media, es una mujer segura de sí misma, que se pone retos y emprendedora y la relación con su madre es “estrecha pero normal”, teniendo en cuenta que es hija única y que de niña sufrió una dolencia que requirió cuidados especiales por parte de su progenitora.

Sobre Raquel Gago

La policía local Raquel Gago no quiso afrontar la realidad tras el asesinato de Isabel Carrasco. El bloqueo que argumenta su defensa no implica que no sea consciente de los hechos. “En todo momento sabe lo que está haciendo y lo que está pasando”, argumentaron las peritos forenses que la entrevistaron a propuesta de la juez instructora del caso, antes de señalar que no quiso asumir lo ocurrido y pudo establecer “una estrategia mental para calmar la tensión”.

Así la disonancia cognitiva a la que alude la defensa de Gago es algo consciente. “No lo querría ver, quizá por connotaciones morales o porque se sintiese defraudada. Puede afectar a su seguridad y todo eso hace que no quiera reconocer que las cosas son así”, explicaron pero recalcando que sin padecer ninguna patología.

Gago, a quien describieron como organizada, independiente, auto-suficiente, con recursos y control de sus emociones. La mujer explicó que por sus circunstancias personales había aprendido a reprimir sus sentimientos y respecto a su amiga y a su madre comentó que no quería saber nada de ellas.

 

555 Triana entrando al juzgado este viernes. (C.S. Campillo/Ical)

Acta notarial

El letrado que representa a Montserrat González y a Triana Martínez aportó hoy, último día del periodo de presentación de pruebas, un acta notarial que recoge distancias y tiempos en los recorridos que hicieron Montserrat González y Triana Martínez la tarde de los hechos. Estas mediciones, dijo José Ramón García, pretenden dar luz a los testimonios del policía jubilado Pedro Mielgo -quien no reconoció su propia voz en una grabación recogida por el Servicio de Emergencias 112- y a la declaración que prestó el controlador de la ORA.