Ramos Campazas entiende que el objetivo es “aguantar” hasta octubre y sospecha que en septiembre el tonelaje va a ser parecido, aunque intentará de nuevo “una pequeña subida”. Así, afirmó que a pesar de quedarse en esas 3.000 toneladas intentará mantener a la treintena de trabajadores que están ahora en activo en el pozo Casares.
“Aunque sobra plantilla para esa producción, vamos a ver si nos salen los números y si nos lo permite la estructura del capítulo de gastos se quedarán los 30, damos prioridad al empleo y las personas que están además son personas que ya están sin prestaciones”, añadió Ramos Campazas, que comprometió que “lo vamos a intentar”.
En su opinión, octubre será un mes decisivo porque el Gobierno centrará “tendrá que decidir ya si saca el decreto o no” y las centrales térmicas “tendrán que tomar cartas en el asunto y podría disminuir su actividad”. “Todo está en el aire”, apostilló, que lamentó la incertidumbre que existe en tono al sector mientras Industria “no se define” mientras castiga al sector del carbón y apoya a otras fuentes de energía como el gas natural y las energías renovables.
“Es un error, un país no puede acabar con su única fuente de energía autóctona como es el carbón y depender del gas natural de Argelia o de fuentes renovables como hidráulica o eólica que son energías intermitentes, qué vamos a hacer en estos meses de verano”, añadió el empresario de MBA, que señala a países como Bélgica y Alemana, “que ya están reabriendo sus minas porque ven que no pueden depender del extranjero”.