Perros con olfato "cazador" en Camponaraya

Más de 600 ejemplares participan en la Feria de Perros de Caza, que incluyó una prueba de rastro de jabalí

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Fundador, CEO de InfoBierzo e InfoLeon
14 de Marzo de 2015
Actualizado: 18 de Marzo de 2015 a las 13:00
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Beagle, basset, setter, pointer, teckel, lebrel, podenco, griffón y braco son algunos de los nombres de las razas de perros de caza más conocidas y que se pueden ver este fin de semana en la Feria de Perros de Caza de Camponaraya, que ya cumple 35 años. “Lo bonito de esta feria es que se puede ver una variedad muy grande de razas, tanto de caza mayor como menor, llegando a superar en ocasiones hasta más de 30 razas diferentes”, destacó el agente de Desarollo Local, Miguel Álvarez.

Y es que con una tradición de más de tres décadas, la feria ya tiene un componente social y también cultural porque, destaca Álvarez, “en una o dos horas puedes conocer las diferentes razas, muy distintas, algunas que no sabes casi ni para que tipo de caza se emplea”. “Esa tendencia morfológica que tenga el perro para cazar determinadas piezas tiene su interés y ha sido una trayectoria muy larga hasta hacer que tengan ese instinto o esa capacidades”, añade.

Más de 600 ejemplares ya están inscritos en esta edición de la feria, que arrancó este sábado con las pruebas de rastro de jabalí con perro atraillado, que contó con un total de 45 participantes llegados de Asturias, Galicia, Cantabría y también de Laciana y el Bierzo. Se trata una prueba que forma parte de la feria prácticamente desde su comienzo, una modalidad de caza que es más común en el litoral -en la comarca berciana es más frecuente la 'batida'-, pero que cada vez tiene más aficionados en el interior.

“Es esta modalidad se utiliza un único perro que va atraillado, que va atado, y siendo el rastro de un jabalí hasta que lo localiza y sabe el punto en el que está encamado”, explicó Álvarez, que puntualizó que la prueba se desarrolla en los montes de La Válgoma, en una zona de vegetación densa y bosque “que fija mejor el rastro”. “La prueba consiste precisamente en que el perro sepa cortar el rastro y guiar al montero hasta el jabalí”, añadió.

A este respecto, recalcó que el rastro del jabalí “se prepara” y se marca a propósito en la zona. “No es por azar que un jabalí haya pasado ayer por ahí”, bromeó Álvarez, que explicó que en esta edición la Federación de Caza de Castilla y León ha donado una copa para el mejor clasificado que esté federado en la Comunidad, al tiempo que destalló que para este tipo de caza suelen utilizarse cruces, con un predominio de griffón y sabueso.

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En el rastro

Precisamente a una de esas razas cruzadas pertenecen Villa, Capitán I, Capitán II y Rey. Son los cuatro astur-cántabros con los que compiten un grupo de cazadores llegados de Cangas de Narcea, que cada año asisten a esta feria. “Solemos venir todos los años a participar, vamos a varios y a este, por ser el primero, siempre venimos y traemos cuatro perros de la raza astur-cántabra con los que cazamos”, explicó uno de los cazadores, Iván Suárez.

El cazador explicó que hay que seleccionar a los perros desde cachorro porque “no todos los perros que valen para cazar valen para el concurso”, destacando el entrenamiento de los perros. “Se pasea un jabalí, se marca y después, al cabo de unas horas, se va con un perro atraillado con una cuerda que suele tener entre tres y cinco metros”, insistió Suárez, que subrayó que se trata de que el animal siga las marcas por el rastro del jabalí hasta recibir la orden de parar de los jueces.

“Ahí se valora como se maneja el perro en el rastro, la voz, la habilidad que tiene para desenvolverse y también cuenta el montero el que lleva el perro, también hay que saber guiarlo de alguna manera”, añadió el cazador, que reconoce que es una “afición” cara porque hay que tener en cuenta desplazamientos, el cuidado y mantenimiento de los perros, vacunas , desparasitarlos y también pagar la inscripción al concurso. “La caza de por sí es cara y los concursos más”, apostilló.

La Feria de Perros de Caza de Camponaraya tiene una segunda jornada el domingo, con la exposición y venta de ejemplares en el recinto ferial, además del tradicional concurso de belleza canina con premios al mejor de cada grupo, mejor criador, mejor ejemplar de la feria y mejor rehala. De forma paralela, la feria se completa con una zona de mercado, degustaciones gastronómicas como patatas con jabalí y la pesca de la trucha.

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