La 'tentación' a la suerte de Las Chapas

Locales tan emblemáticos como el Hotel Madrid, La Obrera o el bar San Franscisco volverán a hacer ‘corros’ para jugarse unos 'cuartos' al cara o cruz.

23 de Marzo de 2016
Actualizado: 04 de Abril de 2016 a las 09:19
Guardar
Chapas 1
Chapas 1

Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas relatan que una vez crucificado Cristo los soldados se repartieron sus vestiduras echándolas a suertes. Los mismos hicieron cuatro partes de sus vestidos y decidieron no rasgar la túnica por estar tejida de una sola pieza, que, sin embargo, después también sortearon.



Las repetidas lecturas y las representaciones sacras de la Semana Santa llegaron a generar en algunos lugares de España, entre ellos la Comarca de El Bierzo, un interés por ese momento evangélico que se canalizó a través de un juego real de suerte que consistía en el lanzamiento de dados o de monedas dando lugar al ya popular Juego de las Chapas.




Las apuestas se han reducido con el paso de los años.

Pero, ¿qué son las chapas y en qué consiste el juego? Sin duda, esta Comarca y, en especial, Ponferrada son uno de los referentes durante estas fiestas litúrgicas para demostrar hasta dónde llega esta tradición. Bien es cierto que, las continuas prohibiciones sobre el juego habidas a lo largo de la historia, el bajo interés de las generaciones más jóvenes y la crisis han hecho mella en la cita, pero desde esta noche y hasta la madrugada del sábado locales tan emblemáticos como el Hotel Madrid-Bierzo, la asociación La Obrera o el bar San Franscisco volverán a hacer resurgir esos ‘corros’ en los que no sólo el dinero y el azar cobran protagonismo, “dado que el buen humor, las anécdotas y los reencuentros entre viejos amigos hacen las delicias de la mayoría de los asistentes”.

Baldomero Sánchez, gerente del Hotel Madrid-Bierzo, ubicado en Avenida de La Puebla, rescata muy buenos momentos de estas veladas de ocio. Él lleva al frente del negocio desde 2010, pero es bien sabido que este lugar ha sido testigo de muchas de las ‘timbas’ bercianas más multitudinarias desde los años 80. “Ahora la situación es bastante diferente, pero en estos salones llegaron a estar en juego maletines llenos de las antiguas pesetas. Hay personas que sienten una gran afición por esta actividad y se pasaban todo el año ahorrando para participar en las partidas de Semana Santa y tentar a la suerte”.

Desde hace varios años, las apuestas son más bajas: “desde los 50 euros, de media, hasta los 1.000, en los mejores casos”, aunque siempre hay excepciones, según explica Sánchez. Dichas apuestas se generan antes de lanzar dos monedas al aire, con la posibilidad de que salgan dos caras o dos cruces. Si salen cara y cruz no gana nadie y se repite la jugada. El jugador que inicia la apuesta suele jugar contra el resto, que es la banca, y siempre debe elegir caras y seguir tirando hasta que falle para pasar entonces el turno a otro apostante de signo distinto. No hay límite de dinero ni de tiempo.

El resultado tiene que ser igual al lanzas las chapas. o dos caras o dos cruces, con una y una se volvería a lanzar sin ganadores.

“Estas jugadas”, relata el gerente del Hotel Madrid, “se desarrollan en los corros, en los que los participantes rodean al lanzador de monedas”. Antiguamente, el negocio solía organizar dos o tres corros de más de 50 personas, “pero ahora suele formarse solo uno”. Eso sí, no sólo los jugadores son los que disfrutan con este pequeño ‘vicio’, sino que hay un amplio público al que también le gusta disfrutar del espectáculo desde la barrera. En algunos casos, también se producen apuestas paralelas en las que se apoya al favorito o al participante que más destreza parece tener. No obstante, estas ya no son custodiadas por el ‘baratero’, quien, además de lanzar las monedas al aire para saber quién inicia el juego, se encarga de animar las apuestas y de cuidar el orden de la ‘timba’, así como del pago de las apuestas, de las que él también recibe un porcentaje.

“Se trata de cuatro noches en las que esperamos recibir a cerca de 200 personas llegadas desde distintos puntos de la Comarca e incluso desde Astorga, Laciana, León o La Bañeza”, avanza Baldomero. Y es que, con el paso de los años, estas veladas han propiciado importantes amistades que han perdurado a lo largo del tiempo. “Con la excusa del juego, muchos familiares y amigos se reencuentran en el hotel y aprovechan para ponerse al día, tomar algo juntos y echarse unas risas”. La cita comienza a primera hora de la noche y puede alargarse hasta las 10 de la mañana. “El chocolate con churros, los bocadillos y los cafés mañaneros ya son una tradición en esta casa, casi tanto o más que la oportunidad de casar las chapas”, bromea el gerente.

Algo que también destaca Félix de la Fuente, presidente de la asociación La Obrera, quien sabe que los salones de la calle El Paraisin se llenarán con cerca de 500 personas, la mayoría de ellas ya asiduas al evento. En las últimas 24 horas se han estado acondicionando las instalaciones para que todo salga a la perfección y el juego pueda transcurrir sin ninguna incidencia.

Los corros suelen estar formados actualmente por unas 50 personas.

 

El baratero, figura clave en las veladas

Una figura clave en esta práctica es el baratero que, en el caso del hotel de la avenida La Puebla ya lleva “bastantes partidas a sus espaldas”. El señor Ángel, como muchos le conocen, “suele traer 20 o 30 juegos de chapas y comprueba con pelos y señales que estén bien, por no hablar de que si están mal tiradas o la colocación no es la correcta se encarga de invalidar la jugada”, concreta Baldomero Sánchez.

Las chapas son dos monedas metálicas (generalmente de cobre, equivalentes en tamaño a los 10 céntimos antiguos) en las cuales, en uno de sus lados figuran caras y en el otros cruces. Antes de lanzarlas debe mostrar las monedas cara con cara o cruz con cruz y decir a que apuesta.

Las chapas son unas monedas metálicas en las que figuran por un lado las caras y por el otro las cruces.

Tanto Sánchez como De la Fuente coinciden en el perfil de los amantes de las chapas. Hombres de 40 años para arriba que llevan esta práctica en la sangre. “Bien es cierto que también hay jóvenes que se apuntan a la velada, pero suelen retirarse antes o aprovechar la visita para aprender de los veteranos”. “Aunque, hay que reconocer”, interrumpe el regente del Hotel Madrid-Bierzo, “que muchos novatos han salido por la puerta grande en su debut, por lo que en este juego nunca se sabe”.

Quizás, la parte más negativa de este juego de azar son las pérdidas económicas –y eso que ya no se puede apostar nada material ni humano, como se hacía antaño de manera ilegal- y las pequeñas discursiones que se generan por falta de acuerdos, por intentar hacer trampas o por no pagar las apuestas. “Pero, por suerte, no es lo más habitual en estos días”, recalca Félix, que lleva al frente de la asociación desde hace tres años, aunque conoce a la perfección el gran arraigo que existe en este centro desde hace más de tres décadas.

 

9 licencias para El Bierzo

Precisamente, tanto La Obrera como el Hotel Madrid-Bierzo son de los pocos, por no decir los únicos, que cumplen los requisitos y consiguen la autorización para poder celebrar estas ‘timbas’. También hay que sumar, en Ponferrada, una licencia más para el bar San Francisco, y otra para el bar La Ciclónica, en Dehesas. En total, en todo El Bierzo, la Junta ha concedido un total de 9 licencias, que se completan con dos en Bembibre, bar Paco y bar Felipe; Palacios del Sil, bar Mónica y bar La Rubia; y Fabero, en el bar Exportivo.

 

Chapas 11

Chapas 12 El salón del Hotel Madrid-Bierzo ya está listo para celebrar sus sesiones de La Chapas.

 

Reglamento

En su conjunto hay 145 licencias repartidas en todas las provincias de Castilla y León, teniendo en cuenta que, después de Valladolid, la provincia de León es la segunda con más establecimientos autorizados para poder disputar este tradicional juego durante la Semana Santa. Concretamente, en el año 2015 fueron 41 los locales que requirieron el reconocimiento normativo, aprobado por primera por parte de la Junta en el año 1998, cuando la Junta puso sobre la mesa una ley que pretendía acabar con las prácticas que se venían realizando de forma clandestina durante la época de la Dictadura de Franco.

Eso sí, hasta el año 2002 no se aprobó el Reglamento que regula la organización del juego actual, en el que se especifica que sólo se puede celebrar durante los tres días principales de las fiestas de Semana Santa. Sólo hay una excepción fuera de estas fechas para aquellos municipios en los que Las Chapas sean una práctica tradicional. Asimismo, el reglamento también recoge que el objeto que se ponga en juego sea una cantidad líquida de dinero y prohíbe cualquier apuesta con animales y bienes muebles o inmuebles. La leyenda reza que hace más de un siglo existían partidas clandestinas en las que se apostaban grandes sumas propiedades e incluso la mujer o la hija.

Para que los locales que acogen este juego puedan seguir haciéndolo sus dueños deben de figurar en el Registro de Juegos y Apuestas de Castilla y León. En total para esta Semana Santa, la Junta ha concedido 145 licencias para toda Castilla y León.