La concha y la flecha amarilla guiarán a los corredores por el Camino Francés, en el que el tramo más corto será de 6 kilómetros en la mítica subida de O Cebreiro y el más largo ronda los 21 kilómetros en tierras de Castilla. Cada participante realizará durante este reto una media de 12 kilómetros diarios. Durante todo el recorrido, los corregrinos (como así se llamará a los participantes) contarán en todo momento con atención médica y servicio de fisioterapia y podología. El reto lleva implícito el deporte, los principios del olimpismo, la cultura y el respecto al medio ambiente. Por esa razón, la carrera se completa con una programación cultural tras la finalización de cada etapa en la que los participantes podrán degustar las excelencias gastronómicas y conocer el patrimonio de todos los pueblos por los que transcurre el Camino Francés.
Correr y ser olimpista tiene un nuevo nombre: Corregrino
La Carrera del Peregrino se presenta como un verdadero reto en el que los participantes explorarán sus límites y pondrán a prueba valores como el compañerismo, la solidaridad y el trabajo en equipo. 'Ultreia' será la palabra que tengan que pronunciar los participantes a la entrega de cada relevo. La palabra era usada por los peregrinos cuando se encontraban para saludarse y animarse a lo largo del camino y que puede traducirse como “adelante”.
Según Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español y uno de los promotores e impulsores de esta prueba, “la espiritualidad y la épica del Camino de Santiago se unen a los valores que aporta el Deporte y el Olimpismo en un recorrido único en el mundo en la que cualquier persona puede enfrentarse a sí misma”.
El espíritu olímpico conquistará el Camino en el 2017, declarado por la ONU año internacional del Turismo, como un escaparate excepcional del Camino y una manera única de obtener la tan preciada Compostela. Esta primera edición es el inicio de grandes y atractivas nuevas ediciones.