El castillo de Balboa, situado en el municipio de su nombre y al pie de los Ancares leoneses, era uno de los seis que dominaban la entrada desde Galicia, junto con Sarracín, Autares, Villafranca, Corullón y Cornatel.
Su construcción, al menos en lo que corresponde a su historia conocida, data del siglo XIV, por la familia de los Rodríguez de Valcarce, de gran influencia en toda la zona, pasando después a los condes de Lemos, que lo reformaron y en parte reconstruyeron en el siglo XV. Finalmente, tras pasar por las manos de los Reyes Católicos, fue entregado por éstos a los marqueses de Villafranca.
.Abandonado desde entonces, el Ayuntamiento de Balboa lo adquirió por 3.000 euros hace unos años. Su escasez de recursos, señala Promonumenta en su página web, “hace imprescindible una operación de limpieza y desbroce y una restauración, al menos para consolidar lo existente”.