Telmo, el vendedor de periódicos que es crónica de Ponferrada

Es el quiosquero en la actualidad más veterano de la capital berciana. Más de 35 años vendiendo prensa, que al final le convierten en uno de los mejores cronistas a pie de calle de la ciudad y reflejo de cómo han cambiado los tiempos en Ponferrada.

20200225 205506
Fundador, CEO de InfoBierzo e InfoLeon
04 de Julio de 2014
Actualizado: 19 de Noviembre de 2014 a las 09:19
Guardar
20140706_014
20140706_014
20140704_012

Es el quiosquero en la actualidad más veterano de la capital berciana. Más de 35 años vendiendo prensa, que al final le convierten en uno de los mejores cronistas a pie de calle de la ciudad y reflejo de cómo han cambiado los tiempos en Ponferrada.

Pionero en métodos como su reparto en moto, la moto-prensa, que atronaba allá por los 90' tan temprano por las calles de la ciudad al reparto de los periódicos siempre antes de las 9 de la mañana, y que ya con la edad ha aparcado en una vieja cochera del casco antiguo, casi como en una metáfora de la templanza con la que va aparcando aquello que ya es antiguo, como freno a un carácter con muchos caballos de potencia.
Telmo es uno de aquellos ciudadanos anónimos que forman parte de la galería de los notables que van otorgando un cierto aire de autenticidad en el barrio de La Puebla.

Dice quedarse siempre con las caras de sus clientes "aunque últimamente me cuesta más", y si reparte las noticias que nos afectan a todos, también él conoce las confesiones y relatos de muchos ciudadanos, por lo que puede tratarse de uno de los ponferradinos mejor informados por la vía del contacto directo. Y eso en ocasiones, en cualquier charla, le confiere un aire de filósofo que, lejos de lo que cabría esperar después de 35 años levantando las persianas temprano y atravesando innumerables crisis y transformaciones de su negocio, está inundado de un positivismo y templanza que sorprende, y llega.

No le quita esto para que en algún momento saque su genio "que todo el mundo se cansa" y se muestra algo avinagrado, pero también eso es propio de filósofos; más de aquellos a pie de calle.

El tiempo le ha puesto mirando a donde tocare... porque del correr de los ponferradinos hacia la calle del Cristo y calle Real, con la desaparecida churrería montada al lado (la prensa y el churro tuvieron un pasado glorioso en Ponferrada), desde hace ya más de 15 su quiosco mira a la iglesia de San Pedro, bien de frente "al cielo, ya casi", como asume. Y eso que dice no ser muy devoto "todavía".

Confiesa que esos mismos tiempos "han cambiado", y lo nota sobre todo en que "los niños ya no juegan en la calle, y el quisco ya no es aquel lugar prioritario por las tardes, al salir del colegio o los domingos, donde compraban las chucherías, los cromos y caramelos". "Los tiempos cambian"... y después silencio. Así sintetiza su apreciación filosófica.

A él de pequeño le hubiera gustado ser otra cosa "no sé el qué, pero no quiosquero", reconoce. Eso por el pasado, porque de los nuevos tiempos, en lo que toca a su negocio, de "internet" dice no conocerlo bien, pero sí que "hace que se vendan menos periódicos", pero tampoco le quita el sueño porque "es lo que hay"... y después silencio.
Mañana volverá a abrir las puertas del quiosco; para qué quejarse.
"Ya no sé qué contestarte, son preguntas cada uno lo ve a su manera"... y después silencio.

Al final sus ojos son una calle por donde está pasando una gran parte de la historia y de la crónica de Ponferrada que merece reconocimiento; tanto como el valor de lo humilde que, por costumbre, suele diluirse entre otros méritos a los que hoy se les da más importancia.
No importa, es Telmo, para quien lo quiera ver, está ahí cada mañana temprano, y sólo hay que saber mirar; paseamos ante un gran espía que nunca vendió la mejor revista de Ponferrada, esa que él podría escribir de muchos de nosotros,y guarda celosamente.

20140704_014

Antiguo quiosco de Telmo, en la misma ubicación, en los 90' Antiguo quiosco de Telmo, en la misma ubicación, pero hacia la calle Real a finales de los 80