El promotor de la petición, Carlos Barriocanal, explica que "los usuarios están pendientes de una solución una vez acordada la cesión de la propiedad por parte de la Universidad de León". Por otra parte, lamenta que, tras los 10 meses de cierre, "la única piscina climatizada que permanece abierta sufre una saturación total debido a que en una ciudad de casi 70.000 habitantes existe una gran demanda de todo tipo de usuarios".
A mediados de febrero, el concejal de Deportes en el Ayuntamiento de Ponferrada, Roberto Mendo, aseguró que las actuaciones necesarias para poder realizar la reapertura de las instalaciones no tardarían "más allá de un mes". Lo cierto es que, ya pasado ese mes, no hay novedades al respecto. Las actuaciones a las que se refería el edil de Deportes tienen que ver con el arreglo de varias goteras, así como conseguir que la condensación de la piscina no pase a la zona del pabellón, pero sobre todo de la puesta en marcha de un Plan de Autoprotección.
El cierre de las instalaciones deportivas situadas en la zona alta de Ponferrada afectó a cientos de personas que acudían a las mismas para utilizar sus piscinas, su gimnasio o su pista mulitusos, que sirve para partidos de fútbol sala, baloncesto o volleyball. La amenaza de cierre movilizó en los meses de mayo y junio a trabajadores y usuarios en varias protestas, que no consiguieron revertir la situación. De esta manera, el 30 de junio, las instalaciones echaron el cierre, dejando a muchos usuarios sin servicio y a 16 trabajadores sin empleo.