Con el calor como gran protagonista del verano necesitamos lugares adecuados para poder pasar un buen día y a la vez poder refrescarnos, las playas de agua dulce, los manantiales y las piscinas naturales ofrecen un alivio al calor veraniego en lugares donde no hay costa.
1. Pantano de San Juan

2. Las Fuentes del Algar

A las playas de Benidorm les ha salido una fuerte competencia: las fuentes del Algar. A tan solo 15 kilómetros de la ciudad alicantina encontramos un paraje natural donde el agua es el gran protagonista.
3. Playa de Ardales
4. Lago de Sanabria
5. Arenas de San Pedro
Las piscinas naturales de Arenas de San Pedro, en Ávila, son todo un reclamo cuando las temperaturas comienzan a subir. El río Arenal forma dos charcas, una para niños y otra más profunda para adultos. Varias presas regulan la profundidad de cada piscina. El agua es tan transparente que es posible ver truchas nadando junto a nosotros.
6. Lagunas de Ruidera
7. Los Pilones
Dentro de la reserva natural cacereña de la Garganta de los Infiernos, en el Valle del Jerte, encontramos unas piscinas de aguas cristalinas conocidas como Los Pilones. Situadas en un paraje natural de gran belleza, es todo un placer darse un baño en una de estas pozas creadas por la erosión y llenas de cascadas y saltos de agua.
8. Río Verde
A las afueras de Otívar, en la provincia de Granada, existe un camino señalizado perfecto para practicar barranquismo, pero también para nadar entre pozas de color esmeralda. El sendero de Río Verde, que recorre el Parque Natural de Sierras de Tejeda, Alminara y Alhama, deja para el recuerdo imágenes tan impactantes como el salto de agua bautizado como Las Chorreras de los Palos o la Cascada de los Árboles Petrificados.
9. La Fontcalda
En el río Canaletes, junto al Santuario de la Fontcalda, en Tarragona, encontramos unas piscinas naturales con una agradable temperatura que alcanza los 38 grados. Conocidas como la ‘Fuente de los Chorros’ y encajadas entre las sierras de la Mola y Crestall.
10. Navaluenga
El bonito puente románico de la localidad abulense de Navaluenga, en plena Sierra de Gredos, pone un marco inmejorable a las piscinas naturales bañadas por el Alberche.
11. Las Presillas
A su paso por el valle de El Paular, en Rascafría, el río Lozoya forma unas piscinas naturales con unas vistas inmejorables al Pico Peñalara. Diferentes presas construidas sobre el río forman estas agradables (y frías) piscinas de la sierra del Guadarrama, en Madrid.
12. Embalse de Orellana
Extremadura tiene su particular Costa Dulce en el embalse de Orellana La Vieja, en Badajoz. Y además es de gran calidad: se trata de la primera playa interior que consigue una bandera azul.
13. Salto de Bierge
Aunque tirarse al agua desde lo alto (unos ocho metros) del Salto de Bierge, en Huesca, esté prohibido por motivos de seguridad desde hace años, lo cierto es que este enclave del río Alcanadre, en la comarca del Somontano, sigue siendo tan popular como antaño. Tanto que ha sido necesario establecer una tasa (3 €; los niños menores de seis años no pagan) y una regulación del acceso al baño: el aforo diario está limitado a 250 personas