Desde la agrupación inciden en que “tomar conciencia de la envergadura de la problemática que atraviesa a las mujeres es uno de los pasos imprescindibles para avanzar en materia de igualdad” y explican que todavía nos encontramos muy lejos de alcanzar el objetivo: “los últimos balances arrojan datos tan demoledores como que en el Estado español se denuncia una violación cada tres horas y media mientras que el 20% de los hombres jóvenes niega la existencia de la violencia machista”.
Además, insisten en no perder de vista la condición internacionalista del feminismo y apuntan a las luchas concretas de las mujeres iraníes o afganas, entre otras: “cuando hablamos de defender los derechos de las mujeres hablamos de defender los derechos de todas, con independencia de cuál sea el contexto en el que nos ha tocado vivir. Y, como explica Amelia Valcárcel, sólo los derechos que son conseguidos para todas en todas las partes del mundo son derechos que puedan considerarse conquistados”.
Señalan también la importancia de atajar la problemática de raíz y de trabajar en la sensibilización y la formación del conjunto de la sociedad para desactivar las estructuras que sostienen “la punta del iceberg” de la violencia contra las mujeres ya que “las 76 mujeres asesinadas en nuestro país en lo que va de año son el resultado de todo un mecanismo de control que nos somete en todos los ámbitos de la vida y que sin embargo pasa desapercibido en la mayor parte del día a día”.
“Sería lógico pensar que con semejante panorama las instituciones públicas ofrecieran una respuesta contundente y a la altura, pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que en el Estado español seguimos sin contar con una ley abolicionista del sistema prostitucional, se sigue permitiendo el registro de criaturas nacidas de explotación reproductiva y se sigue legitimando el relativismo cultural que justifica auténticas barbaridades contra nosotras. Y, para rematar, las políticas identitarias que abandera el Gobierno con sus 'leyes trans' amenazan muy de cerca con cargarse la categoría 'sexo' y, con ello, las medidas que sirven para protegernos frente al terrorismo machista”, afirman.