Anllares / Así ha caído... 48 kilos de dinamita ‘despiden’ la icónica torre de refrigeración

La altura de 110 metros y diámetro en el suelo de casi 80 de forma hiperboloide, con un volumen de unos 745.000 metros cúbicos y un peso de más de 8.000 toneladas, cayeron a plomo sobre el suelo de la central reducidas a cenizas y escombro

03 de Junio de 2021
Actualizado: 04 de Junio de 2021 a las 10:26
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anllares-voladura
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La central térmica de Anllares se ha despedido este jueves de su torre de refrigeración en una explosión que avanza en el desmantelamiento definitivo. Poco después de las 13:00 horas, 48 kilos de dinamita y 850 metros de cordón detonante 'volaron' esta pieza clave de la central, cuya función en su día era enfriar el agua de refrigeración necesaria para la operatividad de la misma.

Con el mismo procedimiento que las anteriores detonaciones, la altura de 110 metros y diámetro en el suelo de casi 80 de forma hiperboloide, con un volumen de unos 745.000 metros cúbicos y un peso de más de 8.000 toneladas, cayeron a plomo sobre el suelo de la central reducidas a cenizas y escombro, dejando tras de sí una columna de humo como último testigo de la pieza.

Para su derribo se ha utilizado la técnica de la fulminación, es decir, que ha descendido sobre su vertical con un ligero vuelco hacia el este, sin tratarse de un basculamiento, con objeto de agrupar hacia ese lado los escombros. Tras los correspondientes cálculos de estabilidad, se practicaron trabajos de debilitamiento y, en el momento del disparo, las cargas explosivas fragmentaron los pilares de apoyo haciendo que la construcción perdiera su equilibrio y colapsase por su propio peso. El tiempo transcurrido desde el momento del disparo hasta que la estructura se había desplomado por completo en el suelo fue de unos 5 segundos.


Desde Naturgy subrayan que la tecnología utilizada (detonadores electrónicos) ha permitido controlar la continuidad de la cadena pirotécnica hasta el momento del disparo. "La demolición mediante esta técnica es una de las más eficientes para el desmantelamiento de centrales, ya que minimiza los riesgos para los trabajadores, favorece la economía circular y contribuye a reducir el impacto ambiental, siendo la técnica elegida para desmantelar las grandes estructuras de la central térmica de Anllares". Una vez realizada la voladura, los residuos de hormigón y de la estructura metálica son recogidos a nivel del suelo y se estima que se recuperarán 30 toneladas de hierro y 8.000 toneladas de hormigón que serán reciclados.


Con el objeto de minimizar el polvo que podía provocar el colapso de la construcción, se dispuso un sistema de cortinas de agua que surgían desde unas trincheras practicadas en el suelo e impulsadas por cordón detonante y cuya ráfaga, inmediatamente después del disparo de la torre, tuvo una duración de unos 10 segundos.


En cumplimiento de las medidas de seguridad aplicables a esta voladura, Naturgy realizó los pertinentes avisos a las autoridades competentes, al Ayuntamiento de Páramo del Sil y a la Junta Vecinal de Anllares. Igualmente, comprobaron la ausencia de nidos de aves, así como de otras especies que pudieran verse afectadas. Dada la situación aislada de la central y la ubicación de la torre de refrigeración en el recinto, no existieron riesgos para otras construcciones. La principal medida de seguridad fue la evacuación de las personas de la zona delimitada por un perímetro de seguridad de 300 metros alrededor de la torre.




Voladura controlada de la torre de refrigeración de la central térmica de Anllares

 

Voladura controlada de la torre de refrigeración de la central térmica de Anllares

 



 




VÍDEOS





 

 

La central térmica de Anllares, situada en Páramo del Sil, propiedad de Naturgy (66,6%) y Endesa (33,3%), comenzó a funcionar en 1982 y acumuló 36 años de operación tras su parada definitiva en diciembre de 2018. Ambos propietarios adjudicaron el contrato de desmantelamiento de la instalación a la empresa vasca Lezama Demoliciones.

El desmantelamiento de la instalación abarca todas las instalaciones de producción y se llevará a cabo a lo largo de un periodo de unos 42 meses, donde se ha finalizado ya más del 80% de los trabajos contemplados en el propio desmantelamiento. Con esta actividad se da empleo a alrededor de 60 personas, que han completado más de 138.000 horas de trabajo.

Cabe recordar que el pasado 6 de mayo tuvo lugar la dinamitación de la caldera (VÍDEO) de Anllares y el 25 de noviembre de 2020 cayó del mismo modo la chimenea (VÍDEO) . Así pues, avanza la destrucción de los elementos más característicos de Anllares y, consigo, El Bierzo dice adiós poco a poco a los elementos más reconocibles de su historia minera.

 

FOTOS: FRANCISCO L. POZO / INFOBIERZO















 

 

FOTOS: CÉSAR SÁNCHEZ / ICAL















 




 


Voladura controlada de la torre de refrigeración de la central térmica de Anllares