El ahorro entonces debe hacerse extensivo en otros ámbitos para que la inflación no se coma nuestros ingresos. Aquí tienes entonces algunos de los consejos que puedes adoptar para tratar de reducir tus gastos al mínimo durante un otoño e invierno que parece que serán muy duros para la mayoría de las familias:
1. Revisa al máximo los precios de los supermercados
Hay cosas que puedes dejar de comprar cuando vas mal de fondos, como entradas a conciertos o perfumes de lujo, pero definitivamente no puedes prescindir de tu cesta de la compra. Por eso, el único recurso que puedes usar en este caso es el de comparar precios y ajustar tus compras al máximo en cada supermercado. Consultar el folleto de Lidl, folleto de Carrefour o el folleto de Mercadona puede ayudarte a saber de antemano dónde están los mejores precios, para hacer tus compras en consecuencia.
2. Aprovecha cada subsidio estatal que veas
Aunque el subsidio al transporte público es uno de los más destacados, seguramente irán apareciendo otros a medida que lleguen los meses más fríos. Si necesitas protegerte del invierno, si tienes una pequeña empresa que se ve afectada por el aumento de los precios del combustible, o si te ves con apuros para pagar los suministros escolares de tus hijos, puede que encuentres diferentes subsidios y ayudas para salir adelante. Presta atención a todos ellos y consulta en las diferentes instituciones su disponibilidad.
3. Considera las compras a plazos (y revisa el interés)
Algunas compras puede que te salgan más a cuenta a plazos, en lugar de esperar varios meses para poder hacerlas. La razón está en que la inflación ronda las dos cifras, así que, si esperas varios meses para comprar algo que necesitas, puede que tenga un precio mucho más elevado para entonces. Comprarlo ahora con un interés reducido no solo te permitirá repartir el pago en varios meses, sino que además puede hacer que, al final, termine costándote menos.
4. Acude a los mercados locales
A veces nos acostumbramos a comprar nuestra comida en supermercados, ya sea por rapidez o por cercanía. Y lo cierto es que los supermercados pueden ofrecernos excelentes productos a muy buen precio. Sin embargo, los productos frescos –como las carnes, los pescados, los productos de charcutería o las verduras– a menudo se encuentran a mejores precios en los mercados locales, y, además, suelen ser de mayor calidad. Visitar el mercado de vez en cuando puede ayudarte a recortar gastos y, además, comerás mejor.
5. Revende lo que no usas
Aunque no es una medida de ahorro en sentido estricto, revender algunas cosas que tienes por casa y que no utilizas puede ayudarte a conseguir algo de dinero extra cuando más te hace falta. Las aplicaciones de compra-venta te lo ponen muy fácil para publicar anuncios detallados que te permitirán conectar fácilmente con posibles compradores, y, cuantas más cosas vendas, más fácil te resultará vender las siguientes. De esta manera no tendrás que tirar tanto de tus ahorros y podrás optar salir mejor del paso durante este invierno.