Un estudio analiza el modelo agrícola del asentamiento de la Peña del Castro durante la Edad del Hierro en El Bierzo

El trabajo cuenta con la participación del Museo Arqueológico de Cacabelos y de la Universidad de León

27 de Junio de 2022
Actualizado: 08 de Julio de 2022 a las 13:06
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La prestigiosa revista ‘Trabajos de Prehistoria’, editada por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), publica en su último número un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de León (ULE), la Universidad del País Vasco (UPV) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), junto al Museo Arqueológico de Cacabelos, en el que se analiza la agricultura en el poblado de la Edad del Hierro de la Peña del Castro, situado en el municipio de La Ercina, en la Montaña Oriental Leonesa.

Al respecto, los trabajos arqueológicos en la Peña del Castro documentaron cuatro fases de ocupación en este poblado desde la Edad del Hierro hasta el Imperio Romano. En este trabajo se analizó la relevancia de la agricultura durante la tercera fase, desarrollada en los siglos II y I a. C. Los investigadores identifican las especies que consumían los pobladores de este asentamiento, así como el modelo de agricultura que practicaban, los usos de los productos agrícolas, su papel dentro de la sociedad y su mundo ideológico.

Durante el final de la Edad del Hierro, la economía del poblado se basaría en la producción agrícola centrada en cereales como el trigo y la cebada que se alternarían con otros cereales de ciclo corto como el mijo o el centeno. El consumo de cereales se completaría con el de leguminosas como los guisantes, almortas y habas. Este modelo implica un importante conocimiento de los ciclos agrícolas, así como del clima y los tipos de suelo.



Por lo tanto los habitantes de la montaña leonesa en este periodo contarían con una explotación compleja con sistemas de rotación de cultivos que evitan el agotamiento del suelo y aseguran cosechas en épocas de poca productividad. Este modelo avanzado de agricultura se produciría por la intensificación de los contactos de esta zona con la meseta a partir del siglo II a.C. Por lo que respecta a las herramientas, los campos se trabajaban con arados de rejas metálicas y con tracción animal, lo que permitió ampliar la superficie de cultivo hacia suelos más duros.

Aumento de la población

De la mano de la incorporación de nuevas herramientas y nuevos productos para un nuevo modelo de explotación que aporta una mayor producción, se produjo un aumento de la actividad agrícola que llevaría a la aparición de excedentes, al aumento de la población y a la aparición de importantes diferencias sociales entre los habitantes del poblado.

En ese sentido, la mayor parte de los recursos vegetales se vinculan al consumo humano como muestra la presencia de semillas almacenadas en almacenes, la presencia de molinos y morteros, o de hornos domésticos. Sin embargo, también se utilizarán como estabilizante en las paredes de barro de las casas.

La importancia de la agricultura se verá también reflejada en la ideología de estas gentes con la presencia de depósitos rituales formados por cereales o la presencia de arados votivos. El estudio supone una importante fuente de información para conocer mejor a los antiguos habitantes de la provincia de León y abre nuevas vías de estudio de una actividad de la que hasta ahora se tenían muy pocos datos.