La Villa del Cúa ha aprovechado este soleado viernes para hacer honor y memoria a los cipreses centarios quemados durante el incendio producido por los rayos el día 9 de mayo de 2017. Para ello, han contando con las manos, el trabajo y el arte de Eugenio Dinares, el escultor que se ha encargado de sacar 'el alma' de la madera de estos longevos árboles que se despidieron de la vida con las llamas del anteriormente citado incendio, conformada por dos piezas.
Ante la imposibilidad de replantarlos en el mismo lugar, el Ayuntamiento de Cacabelos ha optado por crear un monumento "In memoriam de los propios árboles y de todas las almas" del cementerio de Cacabelos, lugar donde de encontrá la escultura, bajo el nombre de "Las alas del alma", inaugurada este viernes, 12 de agosto.
"Agradecer a Eugenio Linares por esta obra que nos ha presentado este viernes, que nació de la concejala de Cultura, Inés Díaz Álvarez, y que se ha podido llevar a cabo después de todo este tiempo. Es un momento para recordar lo que pasó ese mayo de 2017, y esos árboles por los que tanta devoción tienen los cacabelenses, los hemos convertido en una obra de arte con mucha carga emocional", afirma el regidor de Cacabelos, Junior Rodríguez.
En la misma línea, la edil de Cultura, Inés Díaz, sostiene que "es un orgullo estar aquí con estas dos obras de arte, bajo el nombre de 'Las alas del alma'. Ha surgido porque en primer término lo que queríamos era que el año que se cortaron, en el año 2020, era replantar. Pero como podéis observar el cementerio está ya bastante asfixiado en el espacio. Y por otro lado, también es verdad que es un crimen plantar un árbol milenario, que puede alcanzar hasta los 4.000 años y gigante, entre las tumbas. Y además, añadía el hecho de excavar los tocones que son también casi de un metro y tienen 120 años posiblemente, excavar eso para plantarlo era bastante inviable, desde el punto de vista económica era doloroso. Espero que sea del gusto de todos, porque es lo que se pretendía, no herir a nadie ni a ninguna religión, sino simplemente de los seres queridos que ocupan este lugar. De alguna manera miramos al cielo cuando ellos se van, y seguimos mirando cada noche, y así plasmarlo en una escultura".
"Fuimos barajando bastantes ideas, y las consulté con Inés Díaz hasta que llegamos a esta, algo con lo que se pudiera identificar todo el mundo y llegamos a este diseño. Las herramientas que utilizo son motosierras. A veces lleva más tiempo la preparación que la elaboración, igual fueron un par de semanas de talla y escultura, más luego el montaje, el diseño... Yo espero que le guste a la gente, que se sienta cómoda. Lo he hecho con el mayor cariño y respeto del mundo. Parte de mi trabajo es coger árboles que han sido emblemáticos y que se ha acabado su ciclo vital, para que en vez sirvan para leña, darles una segunda vida", explica el escultor Eugenio Dinares.
