Cinco estudiantes de la Universidad de León crean tecnología para optimizar el uso de agua en la agricultura

Su función consistirá en el envío de señales al sistema de riego, ya automatizado, para una optimización y uso más eficiente del agua

03 de Mayo de 2017
Actualizado: 04 de Mayo de 2017 a las 16:54
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Un grupo de cinco estudiantes, economistas, informáticos y expertos en agricultura y relaciones internacionales, han creado la empresa de base tecnológica ‘LegioAgro’ que nació entre las aulas de la Facultad de Económicas de la Universidad de León (ULE) y que hoy desarrolla su actividad en el sector agrícola. El proyecto trata de impulsar un prototipo para motorizar los cultivos de maíz y remolacha con un sistema que automatiza los riesgos con el objetivo de “producir más con menos recursos”.

El economista Mario Allende, el empresario Tino Delgado, el agricultor Sergio Chamorro, el ingeniero informático Miguel Andrés y el experto en relaciones internacionales Matthew García, son los universitarios leoneses artífices de ‘LegioAgro’. A través de este prototipo pretenden optimizar los cultivos de agricultura extensiva proporcionando agricultura de precisión y monitorización lo que reportaría un uso eficiente del agua y un ahorro en costes así como una mayor rentabilidad.

Una idea que estos jóvenes emprendedores asientan bajo tres pilares fundamentales: personas, sostenibilidad y rentabilidad. “El producto es un dispositivo electrónico e informático, basado en un sistema embebido con Arduino que proporciona la potencia necesaria para la medición y envío de variables como la humedad del suelo y la temperatura climatológica de la atmósfera”, explicó Mario Allende.

“Su función consistirá en el envío de señales al sistema de riego, ya automatizado, para una optimización y uso más eficiente del agua”. En definitiva, un sistema alimentado por energía solar que a través de un servidor conecta las diferentes balizas para crear una red en toda la hectárea y determinar así los niveles de humedad y necesidades híbridas para luego motorizar el cultivo.

El producto es un dispositivo electrónico e informático, basado en un sistema embebido con Arduino que proporciona la potencia necesaria para la medición y envío de variables como la humedad del suelo y la temperatura climatológica de la atmósfera”, explica Mario Allende. “Su función consistirá en el envío de señales al sistema de riego, ya automatizado, para una optimización y uso más eficiente del agua”. En definitiva, un sistema alimentado por energía solar que a través de un servidor conecta las diferentes balizas (a través de una enterrada) para crear una red en toda la hectárea y determinar así los niveles de humedad y necesidades híbridas para luego motorizar el cultivo.

La principal y primera variable a incluir será la humedad de la tierra, pudiendo añadir nitrógeno, temperatura, pH, etc. Todos los datos se enviarán a un sistema centralizado basado en la tecnología de Linux, donde se instalarán una serie de sensores que no necesitan ser colocados en lugares específicos, como el sensor de precipitaciones. De esta forma se consigue reducir el consumo de cada baliza y ahorrar en costes de producción a los agricultores. Los responsables de LegioAgro explican que a cada uno de los clientes se le hará un estudio específico y personalizado incluido en la venta del producto. “Se parte de sistemas de información geográfica (S.I.G.) dedicados a la agricultura comercializando sensores de bajo coste.

Dependiendo de las condiciones edafológicas y orográficas del terreno calcularemos la posición óptima de colocación de cada baliza. Los datos de los sensores son recogidos y procesados por una Raspberry Pi, que es una especie de miniordenador, que se encarga de controlar la cantidad de agua aplicada del Pívot. Después el agricultor podrá controlar todo el sistema desde el móvil”.

Con todo este engranaje, se evitaría el exceso de riego en los cultivos de cereales por encima del 50%, y que en el caso de la remolacha supera el 60%, según un estudio realizado por estos jóvenes que determinará un ahorro de en torno a 70 euros por cada hectárea cultivada. Un sistema pionero que, con un coste de entre 25 y 30 euros por hectáreas, revolucionaría el cultivo de maíz y remolacha. Todo un panorama de puesta en valor de la economía leonesa como todos ellos defienden, pues quieren apostar por la agricultura en León, pero sobre todo por “revolucionar la agricultura, fijar población en los núcleos rurales y hacer del agro una tarea más rentable”.

Finalistas del concurso Spin UP de Castilla y León

El proyecto de estos jóvenes universitarios resultó finalista del concurso Spin UP de Castilla y León, para las series finales europeas, pero ya aglutina en su trayectoria otros reconocimientos de nivel como el Hack For Good y el Think Big-Telefónica, en este último seleccionado del total de 126 proyectos españoles que la Fundación Telefónica apoyará e impulsará con el objetivo de mejorar las competencias y habilidades de jóvenes emprendedores y obtener mayor visibilidad y oportunidades de encontrar un empleo.

Además de estar inmersos en este negocio, paralelamente ya están trabajando en ‘Sed y luz’, es decir trasladar el proyecto a la agricultura doméstica, de manera que las plantas “puedan comunicarse con las personas en función de las necesidades que tengan, y poder crear una red social para que cualquier persona pueda interactuar con su planta”. Un gran reto que hilvanan con inteligencia artificial.