En ese sentido, el auto consideró probada la existencia de un delito de lesiones por el que se impone al condenado el pago de una indemnización de 20.552 euros. A ello, se suma que la víctima, que en el momento de la agresión contaba con 21 años, tuvo que someterse a diversos tratamientos quirúrgicos de reconstrucción que se alargaron durante un periodo de más de un año.
Al término de estas operaciones, la víctima quedó con una cicatriz visible en la cara, por lo que el tribunal también impone al condenado una indemnización de 16.620 euros por secuelas. Además, el joven condenado deberá hacerse cargo de las costas judiciales y contará con una sentencia en contra de dos años de prisión, aunque no ingresará en la cárcel debido a que en el momento de la agresión carecía de antecedentes penales.