Cosmos solicita autorización ambiental a la Junta para utilizar neumáticos como combustible en su planta de Toral, que comenzará de forma inmediata si la aprueban

La Junta debe responder a esta solicitud en un plazo máximo de seis meses y si lo aprueban la quema de neumáticos comenzaría de forma inmediata.

15 de Febrero de 2018
Actualizado: 16 de Febrero de 2018 a las 12:51
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cosmos635 El director de la planta de Cementos Cosmos en Toral de los Vados, Jaime Santoalla, durante la explicación del proyecto

cosmos2 César Sánchez / ICAL 

El director de Cementos Cosmos en Toral de los Vados, Jaime Santoalla, ha informado este jueves de que mañana le entregarán a la Junta de Castilla y León el proyecto de modificación de la autorización ambiental para poder utilizar neumáticos fuera de uso como nuevo combustible en el proceso de producción de cemento. La Junta debe responder a esta solicitud en un plazo máximo de seis meses y si lo aprueban la quema de neumáticos comenzaría de forma inmediata.

El proyecto que la planta de Toral quiere llevar a cabo consiste en sustituir un 30% del combustible que utilizan actualmente para fabricar el cemento (coque de petróleo), por neumáticos usados. Santoalla ha explicado que para esta nueva quema se emplearían las instalaciones ya existentes y en uso para biomasa forestal. Además, dada la polémica suscitada entre colectivos agroalimentarios y ecologistas, Santoalla ha reiterado que las emisiones de CO2 no aumentarían con la quema de neumáticos, sino que se reducirían de forma global.

En cuanto a los motivos por los que Cosmos quiere cambiar parte de su combustible, se encuentra la competitividad, ya que actualmente la planta de Toral es la única cementera de las tres existentes en Castilla y León que no cuenta con esta autorización, "algo que nos supondría reducir el gasto en combustible para poder competir en su mercado". Las otras dos fábricas de la Comunidad son Cementos Tudela Veguín, situada en La Robla, que sustituye ya el 45% de su combustible fósil por neumáticos usados; y Cementos Portland Valderribas (Venta de Baños), que tiene autorizado un 70% de sustitución. A nivel nacional 29 de las 33 fábricas existentes cuentan con autorización para usar combustibles alternativos.

El segundo de los motivos es el cambio climático. Santoalla reconoce que para seguir las directrices marcadas por la Unión Europea (UE) de reducir las emisiones de CO2 un 40% entre 2020 y 2030 deben cambiar parte del combustible fósil por otro. Además, a partir de 2020 la UE endurecerá su directiva de comercio de emisiones y las cementeras que no usen residuos como combustibles se verán penalizadas.

cosmos3 César Sánchez / ICAL

El proceso de valorización

En el año 2011, Cementos Cosmos ya adaptó sus instalaciones para el uso de biomasa como combustible alternativo, lo que permite que en estos momentos la fábrica no tenga que realizar ninguna inversión para la puesta en marcha del nuevo sistema, siempre que obtuviera la autorización administrativa.

Una empresa gestora se encargaría de suministrar los neumáticos ya despiezados a la fábrica, que efectuaría el control en la recepción y pasaría a almacenar el combustible en una de las naves del recinto. El nuevo combustible se usaría en el precalcinador del horno, “el corazón de la fábrica”, donde el material crudo extraído de las canteras debe descarbonatarse para permitir la fabricación de clínker, el producto intermedio del cemento.

Además, el proceso incorpora sistemas automáticos de control para garantizar una combustión en condiciones óptimas y llevar a cabo un paro automático en las instalaciones en caso de superar las emisiones, de que falte materia prima o de que la temperatura alcanzada no sea la idónea.

Respecto al uso en concreto de neumáticos como combustible, Santoalla remarcó que “su vertido está prohibido” y que los elementos metálicos también se aprovechan en los procesos previos de preparación del material. “No estamos inventando nada, en Europa esto lleva haciéndose 40 años”, insistió.

 

cosmos4 César Sánchez / ICAL

Críticas de los ecologistas

Algunas de las organizaciones ecologistas de la comarca han hecho públicas sus dudas acerca del proyecto, al que se oponen pese a la “abrumadora evidencia científica” de estudios llevados a cabo por instituciones como Naciones Unidas, el Centro de Investigaciones Energéticas y Medioambientales (Ciemat) o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que avalan que no se produce un incremento en las emisiones.

Al respecto, Santoalla atribuyó la oposición de los ecologistas al proyecto a la “mala información” e invitó a los representantes de estas organizaciones a acudir a las instalaciones para aclarar sus dudas acompañados por técnicos especializados independientes. En ese sentido, recordó que el estudio encargado a la Universidad de León (ULE) para el caso concreto del Bierzo estableció los valores de calidad del aire, el suelo y la vegetación para poder compararlos una vez el proceso se ponga en marcha y “comprobar que no hay afección en el entorno”.

Como ejemplo, Santoalla se refirió a experiencias europeas en las que las cementeras ponen en marcha procesos de valorización en regiones con un gran peso agrícola, como las regiones francesas de Champagne-Ardenne o Beaujolais, sin que se hayan detectado afecciones por los bodegueros del entorno. En España, zonas de tradición vinícola, como Jerez, o hortofrutícola, como Alicante, también tienen cerca fábricas con procesos de valorización sin que afecten a las respectivas producciones.