Efectos intervenidos por el Seprona de la Guardia Civil en dos operaciones contra la caza furtiva en la provincia de León
En Babia, la operación, bautizada como ‘Térmico’, arrancó a principios de este mes de septiembre. La patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Villablino dirigió las investigaciones para identificar a un grupo de personas dedicadas a la comercialización ilegal de permisos de caza para abatir piezas de caza mayor. Como resultado de la operación, cinco cazadores se enfrentan a posibles sanciones por la comisión de varias infracciones administrativas, entre las que destacan la tenencia de varios trofeos de caza desprovistos del precinto homologado.
Estas sanciones pueden llegar a los 2.000 euros y la retirada de la licencia de caza, con inhabilitación para obtenerla en un plazo inferior a un año. Además, los cazadores podrían tener que indemnizar por cada una de las piezas abatidas de manera ilegal. En el caso del rebeco cantábrico, estas indeminizaciones ascienden hasta los 5.000 euros por ejemplar.
Durante la operación también se decomisó a los cazadores un rifle y dos visores térmicos. Por el uso de estos medios prohibidos, los cazadores pueden recibir sanciones de hasta 10.000 euros y la retirada de la licencia de caza, con una inhabilitación posterior de entre tres y cinco años.
Efectos intervenidos por el Seprona de la Guardia Civil en dos operaciones contra la caza furtiva en la provincia de León
Actuación en Nogarejas
En Nogarejas, la actuación corrió a cargo de la patrulla del Seprona de la Guardia Civil de León. Durante la prestación de un servicio para la prevención del furtivismo en temporada de berrea, los agentes observaron un vehículo sospechoso y al inspeccionar su interior hallaron una cabeza de un ciervo macho abatido recientemente, así como otras partes del animal.
Cabe recordar que la normativa establece la obligatoriedad de colocar el precinto correspondiente en la cornamenta del animal, inmediatamente después de abatirlo. No colocar este precinto constituye una práctica habitual entre los furtivos, ya que de esta manera pueden reutilizarlo en sucesivas ocasiones e incrementar el número de ejemplares abatidos. Los hechos descritos serían constitutivos de una infracción grave a la Ley de Caza de Castilla y León, que podrían llegar a sancionarse con una multa de entre 2.000 y 10.000 euros, la retirada de la licencia de caza de uno a tres años y una indemnización de 5.000 euros por la muerte del animal.
Efectos intervenidos por el Seprona de la Guardia Civil en dos operaciones contra la caza furtiva en la provincia de León