La junta vecinal de la localidad de Villavieja, perteneciente al municipio de Priaranza del Bierzo, denunció este viernes que, tras las obras de ensanche en la carretera LE-6205, que conecta la población con la N-536, las intensas lluvias de los últimos días convirtieron la vía en “un lodazal de agua, barro y piedras”. Responsables de la Diputación de León recibieron hace menos de diez días unos trabajos dotados con una inversión de 297.000 euros y cuyo resultado califican de “lamentable” los representantes de la localidad.
Al respecto, la junta vecinal señala que la nueva canaleta de desagüe carece de la inclinación necesaria para dirigir el agua al desagüe, lo que provoca que la calzada “se convierta en un arroyo” que arrastra consigo barro y piedras. En otro tramo, la supresión de gran parte de la cuneta causa que el talud quede a la altura de la carretera, con la consecuente caída de piedras y vegetación dentro de la calzada, mientras que en otro punto de las obras el desagüe se dirige hacia una escombrera de pizarra existente en la zona, lo que ya ha provocado la queja del dueño de la explotación, debido al peligro que ello supone.
Según los representantes de la junta vecinal, el alcalde de Priaranza, José Reguera, ya fue informado de todas estas problemáticas a finales del mes pasado, con el fin de que “tomase cartas en el asunto para ponerle remedio antes de la recepción de las obras por parte de Diputación”, aunque la “pasividad” del regidor permitió que el acto de recepción tuviera lugar el pasado día 3.
