Los coches eléctricos han llegado para quedarse. Los motivos: el coste de kilómetro es inferior al resto de vehículos, su uso no contamina, tienen beneficios fiscales y su mantenimiento es más barato a pesar de que la inversión de compra es mayor. Sin embargo, uno de los motivos que supone las quejas de los conductores de este tipo de vehículos es la autonomía y el mantenimiento. Aquí te presentamos las alternativas reales para cargar un coche eléctrico:
-Garajes comunitarios. Si vives en un edificio, esta es tu solución. Instalar un punto de carga rápido para poder compartirlo entre varios vecinos y, así, poder cargar tu coche mientras estás en casa.
-Wallbox. Cargadores inteligentes y rápidos. La principal ventaja es la velocidad de carga del vehículo, superior a la de un enchufe convencional.
-En la vía pública. Las electrolineras son puntos de carga de vehículos eléctricos. España cuenta con más de 3.500 puntos de recarga para vehículos eléctricos hasta el momento, repartidos por hoteles, restaurantes o estaciones de servicios.
-Cables de carga. Otra de las alternativas posibles son los llamados cables de carga, como cable de modo 2 o modo 3, que permiten cargar el vehículo en un enchufe, ya sea convencional o europeo y se pueden utilizar en muchos lugares como centros comerciales.
-En el trabajo. Si la empresa cuenta con un punto de recarga para sus empleados, sería una buena alternativa.