Eduardo Valcarce, el berciano que prepara 'físicamente' a Kuwait

Eduardo Valcarce trabaja en uno de los centros deportivos más importantes de Oriente Medio

16 de Diciembre de 2017
Actualizado: 08 de Enero de 2018 a las 12:55
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Sin duda, Eduardo Valcarce Merayo (Albares de la Ribera, León, 1987) es muy conocido para todos los aficionados al atletismo en El Bierzo. Con una amplia formación, maneja las dos facetas del deporte, como practicante y como entrenador. Gracias a un extenso bagaje en los dos ámbitos, desde el pasado mes de septiembre se encuentra en la capital de Kuwait trabajando como preparador personal en Spark, uno de los centros deportivos más importantes del país asiático y probablemente de Oriente Medio.

En una época en la que el deporte berciano ha alcanzado bastante auge y repercusión mediática gracias a deportistas como Lydia Valentín, Nuria Lugueros o Sabina Asenjo, la comarca exporta también conocimientos a través de una persona, Eduardo Valcarce, que lo ha vivido desde su infancia. “Comencé, como la mayoría de los chavales de mi generación, jugando al fútbol. Sin embargo, podría haber sido cualquier otro deporte como baloncesto, balonmano o tenis”, explica. Reconoce, de hecho, que “guardo con especial nostalgia jugar a esos deportes con mis amigos. No obstante, lo que verdaderamente ha forjado mi carácter ha sido correr. Entrenar, competir y la disciplina que supone todo ese proceso es mi forma de entender la vida y me ha ayudado a afrontar todos los retos que me he propuesto”, resume.

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Un corredor con gran formación y experiencia

En España, aparte de participar en carreras populares, trabajó como preparador de atletas y deportistas de distintas disciplinas. Creó un sitio web, Valcarce-entrenamientos, que nació, según explica, “con la intención de ayudar a toda aquella persona que se proponga un reto deportivo. Desde el inicio quise aunar mis conocimientos sobre entrenamiento deportivo (especialmente en deportes cíclicos) junto con la propia experiencia como atleta de fondo”, añade Valcarce, que considera que “esa simbiosis resulta muy importante”.

Aclara, eso sí, que “nunca he querido basarme sólo en mis posibles éxitos, sino en crear a deportistas críticos y que valoren los conocimientos de su entrenador. Creo que en eso radica el éxito”, enfatiza.

Valcarce, de hecho, atesora una gran formación. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de León, asegura que “no he dejado de aprender”. Cursó dos masters oficiales relacionados con la investigación y el entrenamiento deportivo, además de poseer un título de especialista en prevención y readaptación funcional de lesiones. Asimismo, tiene formación no reglada producto de viajar, conocer personas y vivir experiencias que “me han servido —indica— para ser una persona crítica y tener una percepción propia del proceso de entrenamiento”.

 

Su llegada a Kuwait, una maravillosa casualidad

Recientemente se trasladó a Kuwait City, capital de Kuwait, donde trabaja como entrenador personal en Spark, uno de los gimnasios más importantes de Oriente Medio. Con más de 10.000 metros cuadrados, el centro deportivo dispone de material que en España, según Valcarce, “sólo podría soñarlo”. Cuenta, entre otras cosas, con un área de entrenamiento funcional, máquinas de primera calidad, un área de evaluación funcional y salas de rehabilitación, composición corporal, rendimiento deportivo y entrenamiento funcional.

Su llegada allí, según cuenta, es una de esas maravillosas casualidades que ocurren en la vida: “El primer contacto con Spark fue a través de un correo electrónico que recibí. Pensé que era un spam, ya que no recordaba haber enviado mi currículum allí”, relata. “Tras un proceso selectivo basado en tres entrevistas por skype, finalmente se decantó por mí”, prosigue. “A partir de ese momento, se puso en marcha la maquinaria para tramitar el visado de residencia y poder viajar a Kuwait. Cinco meses de trámites burocráticos, viajes, reuniones, consultas médicas....y al final estoy aquí”, resume.

Sin duda, su perfil profesional y deportivo se adaptaba a las exigencias y necesidades de Spark, que, según explica, “buscaba un perfil mixto para incrementar el área de rendimiento y entrenamiento funcional. Tenemos un club de corredores populares, Spark Running Club, del que soy responsable junto con dos entrenadores más”, explica. “Actualmente está formado por treinta corredores de diferentes niveles”, añade Valcarce, que resalta que en el centro se realiza “un seguimiento individualizado gracias a las aportaciones tecnológicas de las que puedo disfrutar aquí”.

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El deporte, un mundo distinto en función de la cultura

El deporte, eso sí, no cuenta en Kuwait con la aceptación y la integración en el tejido social que tiene en España y en la cultura occidental. De hecho, comenta nuestro interlocutor que “el deporte de alto nivel no vive los mejores momentos aquí. Actualmente se encuentran fuera del movimiento olímpico y no pueden participar en los Juegos Olímpicos por motivos de corrupción”, explica Valcarce. “Por otro lado, adoran el fútbol, especialmente la Liga Santander, y puedes encontrarte verdaderos fans del Barcelona o del Real Madrid”, puntualiza.

“El deporte no está suficientemente integrado. De hecho, la propia promoción del ejercicio físico es deficitaria”, añade el deportista berciano, que reconoce, además, que hay “pocos lugares públicos para practicar deporte, poca promoción desde los colegios y desde el propio Gobierno en un país que lidera los índices de diabetes y obesidad a nivel mundial”. Además, las condiciones, según explica, no son favorables para la práctica deportiva: “Hay tres meses al año en los que se alcanzan entre 55 y 60 grados. Así es imposible realizar cualquier actividad en el exterior”, apostilla.

La vida en una sociedad radicalmente distinta

Ésas son dos de las grandes diferencias, sobre todo a nivel de equipamiento e integración en la cultura. Precisamente ese cambio cultural es motivo de comentario de nuestro protagonista, actualmente en un país en el que viven entre un 10 y un 15% de nacionales. “El resto son expats, gente procedente principalmente de India, Filipinas y Pakistán”, precisa Valcarce, que indica, asimismo, que “todos los trabajos cualificados son realizados por gente europea o americana. Estos últimos tienen un fuerte peso en la economía. De hecho, están presentes en la mayoría de eventos. Esto ha calado en la mentalidad kuwaití y la forma de vestir, el acento,...Todo está influenciado por la corriente americana”, subraya. “Aun así, Kuwait mantiene sus tradiciones y se aleja de la artificialidad de Qatar o Emiratos Árabes”, aclara.

Ese salto cultural, el influjo de Occidente, sin duda, es uno de los aspectos que ha sorprendido a nuestro protagonista tras su llegada a Kuwait. Pero también lo ha hecho, según relata, la forma de conducir. “No hay reglas y se pueden formar colas kilométricas en los cruces”, recapitula. “Por otro lado, la mayoría de las calles están destrozadas y choca con el lujo en los coches. Puedes ver aparcado un Lamborghini en un descampado lleno de polvo”, comenta Valcarce, que también se refiere con cierto asombro a las costumbres religiosas del país: “La llamada al rezo cuatro veces al día es un choque importante, ya que hay muchas mezquitas en el mismo barrio, todas ellas con altavoces en el exterior. Cuando se hace la llamada al rezo, es muy fácil escucharlo”, señala. “Uno de ellos es a las 4:34 A.M.”, concluye.

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