El Campus de Baloncesto Ponferrada, el decano de los campamentos deportivos veraniegos en la comarca del Bierzo, cumple 25 ediciones. Celebra sus bodas de plata regando de sorpresas la tradicional despedida del sábado con las finales de las competiciones internas, las que ponen la guinda a tres semanas (del 30 de julio al 18 de agosto) en las que deporte, diversión y formación se conjugan para arrinconar el sedentarismo y hacer disfrutar también del entorno a niños de entre 5 y 18 años de edad. Las inscripciones han llegado este año redondo a las 62, en la media de participación de los últimos años en una actividad con solera redimensionada a una nueva realidad, la de la multiplicación de una oferta similar en la época estival.
La canasta es la principal referencia del Campus, que muchos de los participantes aprovechan como pretemporada antes de incorporarse a los entrenamientos de sus clubes y escuelas. Pero al mapa deportivo de la actividad se han ido incorporando paulatinamente otras disciplinas. Las novedades de esta edición son el judo y el rugby, que está “cada vez más asentado” en la comarca, dice para justificar esta elección el coordinador del Campus, Adrián Cabeza, que compromete la continuidad de estos dos deportes y la presencia de “alguno más” en 2019.
Siguiendo la tendencia de los últimos tiempos, la participación femenina gana terreno hasta el punto de igualar y en esta edición superar a la masculina por dos inscritas en una actividad que utiliza como epicentro las instalaciones de la Ciudad Deportiva Lydia Valentín de Ponferrada, pero que también mantiene destinos tradicionales como la salida a Vega de Espinareda (donde los chavales pudieron practicar vóley playa) y la acampada en La Ribera de Folgoso (Folgoso de la Ribera), donde combinaron el pabellón con el disfrute del río.
Los inicios en el Gil y Carrasco
El Campus conserva su filosofía original, la que imprimieron en sus comienzos hace ya un cuarto de siglo Pablo López, Paco Lainez y Jorge Rubio, primero en el IES (Instituto de Educación Secundaria) Gil y Carrasco para pasar ya en la segunda edición a las instalaciones aledañas a las piscinas climatizadas hasta llegar al récord de 164 participantes. Fue antes de la última vuelta de tuerca, la que supuso la entrada en escena del Pabellón de Deportes y que coincidió con el relevo en la dirección con la etapa de Carlos Guada, luego sustituido por Álvaro Rubio y Adrián Cabeza, que continúa al frente de la actividad con la organización a través del Club Deportivo Campus.
En estos 25 años de andadura el Campus ha tenido que amoldarse a nuevas circunstancias como la atomización de actividades similares también en la periferia de la comarca hasta reducir la participación de chavales de otras localidades. También lo ha hecho en positivo para ganar proyección a través de la interacción en redes sociales. “Tenemos que adaptarnos a los nuevos tiempos”, reconoce Cabeza con el orgullo de mantener viva la llama del campamento deportivo veraniego más antiguo de la comarca del Bierzo.
