Estas declaraciones surgen a raíz de que la sección sindical CGT en la acerera Roldán pidiese este martes a la dirección de la empresa la paralización total de la producción y el cierre del centro de trabajo de la factoría situada en Tomas de Las Ollas, en el término municipal de Ponferrada. El sindicato aseguraba que el “riesgo grave e inminente para la salud de los trabajadores” que suponía mantenerla abierta.
El comité de empresa de la compañía manifiesta que "lo primero es la seguridad y la salud de todos los trabajadores y como acto de responsabilidad así lo hemos hecho en varias reuniones, con poco tiempo de reacción se consiguió que la empresa tomase medidas preventivas". Entre ellas se encuentran la colocación de dispensadores de alcohol hidropónico en todas las zonas húmedas; sprais desinfectantes de alcohol hisopropilico en todos los puestos comunes para la desinfección de pantallas táctiles, teclados y teléfonos comunes; la empresa elaboró los productos agotados en el mercado, garantizando un estocaje, según señalan en un comunicado.
Además, el comité asegura que la empresa no tiene intención de cerrar y en caso de necesidad la cerraría en 36 horas. Sin embargo, la empresa contestó que no a un ERTE al no existir casos de Coronavirus entre sus trabajadores.
Asimismo, "se consiguió que en los vestuarios generales se hiciesen por cada turno de entrada de trabajo, 3 horarios de entrada diferentes con media hora de diferencia entre ellos y separando a los trabajadores que tienen las taquillas seguidas, se prohibió que los camioneros que se bajasen si no tenían los EP ́S como, guantes, gafas y mascarilla; y dotando a los propios trabajadores de expediciones o descarga de palanquilla de mascarillas para hablar con ellos, a todo el personal le dan guantes de látex o nitrilo, en todas las oficinas centrales y de talleres se han colocado cintas en el suelo para que todos garanticemos las distancias mínimas de seguridad".