El Cristo de los 'Templarios' vuelve al castillo de Ponferrada en el espectacular Vía Crucis

15 de Abril de 2019
Actualizado: 23 de Abril de 2019 a las 17:08
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Via-Crucisvi-Penitencial-al
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FOTOGRAFÍAS, MARIO DE LA TORRE (infobierzo.com)

 

Los cofrades de la  Real Hermandad de Jesús Nazareno llevaban todo el lunes mirando al cielo, con la esperanza de que finalmente la lluvia no "aguase" el Via Crucis  penitencial en el castillo de los Templarios. Y así ha sido. De nuevo la lluvia ha vuelto a respetar al Cristo de la Esperanza y al Cristo de la Fortaleza en su recorrido desde la iglesia de San Andrés, para entrar en el castillo templario con la caída del crepúsculo y seguir las 14 estaciones de penitencia que marcan cada uno de los momentos de la Pasión de Cristo, acompañados por las voces de la Ronda de El Salvador de Toral de Merayo. Como novedad este año, se han vuelto a utilizar las antiguas cruces de madera para marcar cada una de esas estaciones en el patio de Armas.

Esta procesión se recuperó hace cinco años, en 2014, con el objetivo de impulsar la declaración de la Semana Santa de Ponferrada como de Interés Turístico Nacional y que obtuvo al año siguiente. Su origen se remonta a los años 40 del siglo pasado y se desarrollaba por el casco antiguo de la ciudad con grandes cruces colocadas en algunas de sus fachadas -y que se han rescatado este año-. No había paso y era el mayordomo quien iniciaba el recorrido con un crucifijo de mano hasta la primera estación, cuando lo pasaba a otro de los hermanos que se iban alternando para llevarlo en las diferentes estaciones del Vía Crucis hasta finalizar otra vez en la basílica de La Encina.

Dado el importante número de participantes se desdobló la procesión con dos convocatorias el Lunes y Martes Santo, una para mujeres y otra para hombres. En los años 60 se volvió a unificar y en la década siguiente se incorporó el paso del Cristo del Calvario, que en los años 80 se sustituyó por el Cristo de la Esperanza y hacía su recorrido por el barrio de San Andrés. Fue en el 2014 cuando este vía Crucis entró por primera vez en el castillo de los Templarios y en 2015 se incorporó la réplica del antiguo Cristo de la Fortaleza.

 

 

Dos imágenes, dos estilos

El Cristo de las Maravillas o de la Fortaleza es una imagen de madera policromada, cuyo autor es anónimo y datada de finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, con un estilo en la transición del románico hacia el gótico, con la peculiaridad de ser un crucificado con corona de rey y no de espinas. En la procesión los hermanos portan una réplica realizada por los artesanos de Puente Órbigo, Javier Alonso Fernández y Pedro Antonio Andrés, y en su interior guarda un documento con la relación de todas las personas que han participado en la colecta para su talla. De esta manera, en el Vía Crucis, esta imagen vuelve a su lugar de origen, el castillo donde antiguamente fue venerado por los templarios, protectores y guías de los peregrinos del Camino de Santiago.

También tiene una historia curiosa el Cristo de la Esperanza, que durante años presidió -dentro de una hornacina- el antiguo cementerio del Carmen, que fue construido en los tiempos en que fue alcalde Isidro Rueda, en el siglo XIX. Cuando se trasladó el cementerio a Montearenas y se cerró la pequeña capilla del Carmen (sede original de la Hermandad) al culto, no podían dejar esta talla a la intemperie en medio del campo, incorporándola después a esta procesión. Este paso es portado íntegramente por mujeres.