El origen de la historia
Marc Márquez siempre ha mostrado su admiración hacia Valentino Rossi, de hecho, el piloto italiano siempre ha sido su ídolo, su referencia en el mundo del motociclismo. Una relación amistosa y llena de elogios por ambas partes que se terminó en octubre de 2015. El Gran Premio de Australia marcó un antes y un después entre ambos pilotos. Rossi acusó a Márquez de ralentizar la carrera para favorecer los intereses de Jorge Lorenzo, piloto español compañero de equipo del italiano que se situaba líder del Mundial. Unas acusaciones que se trasladaron al Gran Premio de Malasia con la famosa patada del heptacampeón de la categoría reina sobre la Repsol-Honda del joven piloto de Cervera. Una acción con la que fue sancionado con tres puntos del carnet de piloto y tuvo que salir último de la parrilla en el GP de Valencia, circuito que decidía el campeonato del mundo.
La patada de Valentino Rossi dio la vuelta al mundo y abrió un periodo de tensión entre ambos pilotos donde la admiración quedó en un segundo plano. Sin embargo, cuando todo parecía que quedaría en una serie de infortunios llegó la maniobra de Marc Márquez que volvió a encender la mecha. El piloto español realizó un adelantamiento agresivo en el GP de Argentina celebrado el pasado mes de abril que terminó con el italiano en el suelo. Una maniobra arriesgada en la que el cerverino reconoció su error acudiendo al box del equipo Yamaha. Una situación que generó más tensión, debido a que Uccio Salucci, amigo íntimo de Valentino, y Lin Jarvis, director deportivo de Yamaha, pidieron a Márquez que se marchara.
El piloto español ha intentado quitarle importancia a su relación con ‘The Doctor’ en los últimos meses. Una posible tregua que no ha contado con la aprobación del italiano. De hecho, Márquez volvió a intentar un acercamiento en la rueda de prensa del GP de San Marino, celebrado el pasado fin de semana, tendiéndole la mano ante la pregunta de un periodista. Un gesto que terminó fracasando ante la negativa del heptcampeón del mundo que se mostró con un semblante serio. A pesar de la situación, Rossi argumentó que ese tipo de gestos eran innecesarios porque no existe ningún problema entre ellos. Unas palabras que se enmarcan en un nuevo capítulo de una historia sin acabar.