El incendio de la Tebaida destapa el que pudo ser primer monasterio medieval

El hallazgo de una serie de terrazas agrícolas y muros de contención indica la presencia de poblados del periodo de la Alta Edad Media

21 de Junio de 2017
Actualizado: 26 de Junio de 2017 a las 12:54
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El fuego que a finales de abril arrasó más de 1.300 hectáreas en la zona de la Tebaida berciana, en el medio rural del municipio de Ponferrada, y los posteriores trabajos para desbrozar el área afectada dejaron al descubierto una serie de terrazas agrícolas y muros de contención que los investigadores relacionan con los despoblados medievales de Santa Eucheria y Santa María de Castrillo, datados entre los siglos X y XIII y lugares en los que podrían haberse levantado algunos de los monasterios e iglesias que formaron parte de esta zona en la que el movimiento eremítico europeo tuvo su punto culminante. El hallazgo, que se protegerá por parte del Ayuntamiento a la espera de poder investigarlo en profundidad, podría convertir la Tebaida en “la Atapuerca medieval”, tal y como explicó el concejal de Medio Rural, Iván Alonso.

En ese sentido, Alonso adelantó que los hallazgos formarán parte del expediente que el Consistorio ultima para ampliar las declaraciones de Bien de Interés Cultural (BIC) del monasterio de San Pedro de Montes y de la iglesia de Peñalba de Santiago, así como para presentar una candidatura “potente” que permita optar a la declaración de Patrimonio de la Humanidad para toda el área de la Tebaiada.

Los hallazgos ya han sido puestos en conocimiento de la Delegación Territorial de la Junta en León, para que los responsables de Patrimonio puedan incluirlos en su catálogo. Por su parte, el Ayuntamiento deberá modificar el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) para que éste incluya el yacimiento descubierto recientemente, lo que permitiría su posterior estudio.

La intención de los responsables municipales es que los trabajos de repoblación forestal a consecuencia del incendio, así como la construcción de la pista entre Peñalba y San Cristóbal de Valdueza, no perjudiquen al entorno.”Lo importante es que no se destruya esta zona”, explicó Alonso, que anunció la paralización de los trabajos de desbroce en la zona. “No hacer nada en esa área equivale a protegerla”, aseguró.

Características del hallazgo

El documentalista e investigador Alejandro Valderas fue el responsable de detallar el hallazgo de estas estructuras, que han aparecido en una zona entre las localidades de Manzanedo, San Cristóbal, Peñalba y Bouzas. Tras el paso del incendio y gracias a la ayuda de un vecino de la zona, Valderas pudo identificar al menos cuatro terrazas agrícolas antiguas, así como muros de contención que podrían servir de cimientos a las edificaciones y que se extienden a lo largo de varios kilómetros.

En esa línea, Valderas recordó que en la zona de la Tebaida, los investigadores creen que podrían encontrarse los restos de al menos 30 iglesias, monasterios o ermitas, de los que actualmente se han identificado cerca de 15. Respecto a las estructuras descubiertas, Valderas aseguró que “no tiene importancia encontrar el monasterio, lo importante es saber que allí hubo un pueblo”.

En ese sentido, el investigador adelantó que Santa María del Castrillo constituyó, en el año 890, la primera donación al monasterio de Montes, lo que podría convertirlo en “el monasterio más antiguo de España”.

Por otro lado, el monasterio dedicado a Santa Eucheria aparece documentado en escritos del siglo XIII y se fundó en honor a la escritora griega del siglo IV Egeria, autora de la primera obra en latín vulgar y a la que se relaciona con San Valerio, fundador de otro monasterio en la zona.

“Trabajo titánico”

El descubrimiento de estos restos arqueológicos en los que se podrían haber asentado los monjes de la zona irá seguido de la delimitación del área de protección. Una vez definida, los responsables de las administraciones pondrán en marcha las medidas físicas, principalmente la señalización, así como las medidas jurídicas necesarias para evitar daños en los vestigios, explicó el arqueólogo Fernando Muñoz, que ha trabajado en la identificación de las estructuras.

La investigación posterior será la encargada de datar con exactitud los restos y de proponer hipótesis sobre sus usos, un trabajo “aún por desarrollar”. En ese sentido, una vez delimitado el perímetro de actuación, se pondrán en marcha una serie de herramientas no intrusivas, como fotografías aéreas o técnicas de localización por laser o por georradar.

Sólo en caso de que esos datos fueran positivos se iniciaría la hipotética excavación. “Queremos estar seguros antes de desarrollar cualquier actuación de qué hay, dónde y si vale la pena excavar”, explicó Muñoz. Por su parte, Alonso definió el trabajo pendiente para catalogar los restos de “titánico” y confió en la “sensibilidad” del Ayuntamiento para financiar, al menos en parte, las investigaciones en la zona.