En el paraje de gran valor ecológico conocido como 'Las Infantas', justo sobre una de la fuentes del río Oza.
En una extensión de varios cientos de metros cuadrados, televisores y sus componentes de alta contaminación, pantallas de ordenadores, muebles, mobiliario urbano, restos de obra y construcción (desde ladrillos a pizarra y uralitas con el peligroso amianto), colchones, ferralla y un largo etcétera que pueblan esta zona entre encinos y robles muchos de ellos centenarios. Justo en el punto de confluencia entre el Pajariel y el Monte del Castro de Toral de Merayo.
Hace más de 10 años la Junta Vecinal de Toral de Merayo, a la que pertenece el entorno, denunció los vertidos incontrolados por particulares y empresas de construcción. Incluso Confederación Hidrográfica Miño-Sil levantó acta de sanción a una de las empresas de forjados ubicada en la zona por contaminar esta fuente que va a dar sus aguas el cercano río Oza. Algunas intervenciones (consistentes en retirar el material más superficial y empujar ladera abajo el resto) han sido insuficientes para poner coto a un escándalo medioambiental en el municipio de Ponferrada. Las anunciadas cámaras disuasorias para este entorno, punto de diana para quienes piensan en deshacerse de diversos materiales sin seguir los cauces oportunos (contenedores especiales y empresas especializadas en la retirada de ciertos residuos), tampoco han llegado.
Pero el vertedero sigue expandiéndose y formando montículos de basura y desechos, con el riesgo que comportan los materiales altamente contaminantes.
