El periódico EL País ha querido plasmar en un artículo el recorrido profesional del locutor ponferradino Luis del Olmo. Marc Rovira, redactor del periódico, pasea junto al berciano por las salas del Museo de la Radio, donde Del Olmo recuera y relata la historia de cada aparato. Destaca sus inicios, donde se mezcló la buena suerte y el talento, su carácter 'enamoradizo' hasta conocer a su esposa, y sus años de oro donde no paraba de batir récords.
"Luis del Olmo cuenta 85 años y luce, allá en las alturas de su testa, más de 190 centímetros de comunicador, un manto de pelo blanco donde no entra el desorden. Justo cuando se cumple una década de su jubilación, el locutor mantiene silueta afilada, dicen quienes le conocen que cuida la dieta, y no pierde la pose estilosa ni bajo el bochorno pegajoso de un verano ardiente" relata el periodista, además, explica que el paso del tiempo "ha desordenado sus recuerdos, pero ha potenciado el talante cordial de un hombre que cosechó un carácter huracanado. Da largas zancadas por las salas de su Museo de la Radio, mientras explica la historia de cada aparato y de los centenares de fotos que configuran la exposición. Cuenta con radios de fabricación alemana, americana, china o rusa, adquiridas a lo largo de sus viajes".
Recalca la influencia minera del periodista, él mismo explica que empezó haciendo radio "en pantalón corto, porque me entretenía, pero quería ser facultativo de minas”, señala. "Nacido en Ponferrada, la huella minera del Bierzo estaba presente en aquel muchacho que se ponía delante del micrófono al salir del instituto". Sus primeros años fueron consecuencia de 'felices' casualidades "Unos avispados asturianos que veraneaban en León avisaron de “la interesante voz” que tenía aquel muchacho que sonaba por la radio local. Se lo llevaron a Oviedo, a la SER, donde tuvo un paso breve, antes de regresar a su tierra: “Me doblaban el sueldo”. Su madre, doña Emérita, enfermó y precisó de una intervención quirúrgica en Madrid. “Por dar una vuelta, fui a Radio Juventud y allí conocí a Matías Prats padre”. Charlaron y se enteró de que se convocaba una oposición para cubrir vacantes. “De pronto me vi dando los boletines informativos, el Diario Hablado de Radio Nacional” dice.
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