El partido ratificó la tendencia del tramo final de la temporada. Como en los últimos tres enfrentamientos –todos saldados con derrotas–, los de Juan Norat concedieron el último parcial y dejaron escapar unos triunfos –sobre todo, ante Narón y Orense– que parecieron asequibles en ciertos momentos. Ni el escaso acierto desde el tiro libre de los gallegos posibilitó un triunfo que habría servido para tener más fácil la salvación al acabar dos puestos por encima del undécimo que acabaron ocupando los de la capital del Bierzo.
Al final, una mala segunda vuelta (no logró ninguna victoria a domicilio desde la 14ª jornada) condenó a un conjunto que también pagó el mal planteamiento de la competición. El hecho de haber cinco descensos dentro del Grupo A-B de la Liga EBA marcó el destino de una escuadra a la que finalmente afectaron los arrastres de la LEB Plata después de los descensos de Agustinos Leclerc de León, Aquimisa Laboratorios Queso Zamorano y Xuven Cambados.
Pese a iniciar el curso con tres triunfos consecutivos, el relevo en el banquillo no sirvió para dar el salto de calidad pretendido por una dirección deportiva que ahora debe esperar a que las decisiones administrativas obren el milagro para que Ponferrada pueda disfrutar un año más de baloncesto de calidad.