El rosado Capricho de Bodegas Gancedo se estrena con una puntuación excelente de la guía de La Semana Vitivinícola

Lo del rosado Capricho Val de Paxariñas ha sido lo que popularmente se conoce como llegar y besar el santo. Bodegas y Viñedos Gancedo (de Quilós, Cacabelos) lo lanzó al mercado el pasado 23 de marzo. Y apenas dos meses después ha obtenido 96 puntos en la Guía de Vinos 2017 de La Semana Vitivinícola, una de las más prestigiosas de España. Se trata de la segunda mejor puntuación para este tipo de caldos, que todavía arrastra en el país los efectos de la confusión con el clarete, por lo que tiene mejor aceptación en el mercado exterior.

Gancedo ya había notado el primer impacto de un vino que había sorprendido a los paladares hasta el punto de haber vendido el 40% de las 6.600 botellas de su primera añada. Y ahora espera el tirón natural vinculado al reconocimiento de la Guía de La Semana Vitinícola, que lo destaca como el segundo rosado mejor valorado del país. Así las cosas, la bodega berciana sondea ya la idea de duplicar o incluso triplicar su producción para el próximo año.

“Dar 90 puntos a un rosado ya es una buena puntuación. No es habitual que se conceda una puntuación tan elevada a un vino rosado”, destaca el bodeguero Héctor Gayo, al frente de un trabajo de protagonismo compartido con el enólogo Fermín Rodríguez-Uría, el ingeniero agrónomo encargado del viñedo Fidel Castro Blanco y el resto del equipo de Gancedo, que lanzó el Capricho Val de Paxariñas haciendo una analogía con su famoso godello homónimo. “Quisimos elaborar un rosado con uva mencía, pero con la misma forma de elaboración que el blanco”, señala Gayo. La responsable de ventas de la bodega es Mayka Donís.



El primer secreto está en la viña

El primer secreto del éxito de este rosado reside en la viña en espaldera de una antigüedad superior a los 30 años en terrenos de localidad de San Miguel de Arganza (Arganza). “El suelo es fantástico. Las condiciones de acidez y pH son increíbles”, subraya Héctor Gayo. Vendimiado la primera semana de octubre y macerado en frío durante un par de horas, la crianza se produjo en depósitos de acero inoxidable durante un período de tres meses.

Gancedo tradujo el resultado con la siguiente nota de cata: “Color piel de cebolla. Nariz compleja: fresas, piel de cereza, frutos rojos, rosas… Buen equilibrio en boca, entrada golosa y amplia con una acidez equilibrada que le aporta frescura. Buena longitud y persistencia… Un rosado complejo y diferente”. Al margen de la descripción objetiva, la nota de cata de la Guía de La Semana Vitivinícola le añade los calificativos de “singularísimo y enorme”, algo que tampoco resulta habitual en este tipo de valoraciones.

El Capricho Val de Paxariñas ha llegado en un momento de cierto repunte en la elaboración de rosados, que tienen una repercusión “casi nula” en el mercado comarcal y todavía poco significativa en el nacional, pero que sí está “aumentando mucho” en el internacional, por lo que no es de extrañar que sus ventas al exterior dupliquen a las realizadas en España, explica el responsable de Bodegas y Viñedos Gancedo, que está de enhorabuena añadida dado que sus otros cinco vinos también obtuvieron más de 90 puntos en la Guía de La Semana Vitivinícola.





 



Nota de cata de La Semana Vitivinícola