El sector eólico frena la tramitación de parques porque el teletrabajo no garantiza la seguridad jurídica

Apecyl confía en alcanzar los 10.000 megavatios instalados en 2030 en Castilla y León y apela a la oportunidad que supone la sustitución de turbinas antiguas, para las que interesa “no agotar su vida útil”

06 de Junio de 2020
Actualizado: 07 de Junio de 2020 a las 14:37
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El sector eólico de Castilla y León sufre en la actualidad un ligero freno en la tramitación de parques nuevos a causa de la crisis del COVID-19 que pueden dejar retrasos en las instalaciones de entre tres y cuatro meses de media, si bien no peligra nada de lo actualmente aprobado. Este retraso se debe a que ciertas tramitaciones requieren de una seguridad jurídica que no puede cubrir el teletrabajo que ha protagonizado la mayor parte de los empleados públicos de la Junta.

“Ese freno se ha visto a la hora de publicar los anuncios”, explicó el presidente de la Asociación de Promotores Eólicos de Castilla y León (Apecyl), Javier Gracia Bernal, quien consideró que la voluntad de todos “es recuperar el tiempo”. “Hay que lamentar los retrasos”, incidió, pero aseguró que no existe queja alguna de la Administración regional, competente en este tipo de licencias, dado que “todo lo que se podía hacer por seguridad jurídica, se ha podido hacer”. Como ejemplo, comentó que si se tenía que reunir una comisión, pues “no ha podido ser”, pero es cierto que la Junta ha aceptado documentación o presentado aclaración de proyectos.

Gracia Bernal, en declaraciones a Ical, confió en que esta crisis no arrastre problemas más adelante, pues la idea de los promotores es mantener los objetivos ya establecidos, y que hablan de que Castilla y León llegará a 10.000 megavatios instalados de energía eólica en 2030, 4.000 más que en la actualidad. “Es muy importante llegar a esa cifra porque la instalación de parques repercute en gran medida en la industria que hay alrededor y que en la mayor parte de encuentra en el medio rural”, comentó. Además, apeló a la oportunidad que supone la sustitución de turbinas antiguas, para las que interesa “no agotar su vida útil”, y que se encuentra aproximadamente en 20 años, con lo que en esta década que ahora arranca habrá que acometer también este tipo de obras.

En todo caso, la situación de la Comunidad en el sector estará lejos de las previsiones más negativas que se vaticinan a nivel global. Un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que la instalación de nueva capacidad de renovables caerá un 13 por ciento en 2020, hasta 167 gigavatios. Será la primera caída en 20 años en las nuevas capacidades de energías limpias en el mundo. Este organismo destaca que la recuperación esperada en 2021 no permitirá recuperar el nivel previsto antes de la crisis del COVID-19.



Buena defensa

Por ello, se puede decir que España, y concretamente Castilla y León, podrían pasar cerca de esa tendencia mundial, pero no sufrirla del todo. La Comunidad cuenta con una “buena defensa de la industria nacional” y es líder de potencia eólica contratada con esos casi 6.000 megavatios instalados en sus 244 parques. “Estamos potentes, gracias a Dios, en la industria eólica, que trabaja en la internacionalización desde hace tiempo. Nuestras empresas regionales no es que estén en auge, es que son referencia a nivel mundial”, subrayó. 

El presidente de Apecyl aprovechó la oportunidad para pedir “uniformidad” en el ritmo de trabajo para “eliminar ese sobresalto” en los trámites. “Si somos un poco más ordenados dedicaremos el tiempo a lo importante y seremos personas más felices”, sentenció. Es mucho, a su juicio, el tiempo que pasa desde que se da luz verde a los proyectos e inversiones necesarios hasta que se puede iniciar la obra. “Hay voluntad de agilizar esos trámites por parte de la Junta, que aún así ya es mejor que en otras comunidades. Es importante para no perder el ritmo, porque lo peor que le podemos hacer a las plantas de instalación eólica es tardar”, comentó, más si cabe cuando el 90 por ciento de los centros de trabajo está en el medio rural.

 

Investigación eólica

Igualmente, resaltó que la actividad eólica es compatible con la agraria o ganadera, “porque no se retiran hectáreas”, y realizó un guiño a la investigación vinculada al sector eólico, para que el demandó un aumento de su ritmo en el seno de las universidades de Castilla y León: “Tienen que incrementar su ritmo de incorporación de ciencia al sector eólico regional. Están muy cómodos, aunque ahora es mucho mejor que antes, pero hay margen de mejora”. Aún así, explicó que todas las entidades académicas de la Comunidad con posibilidad de investigación “se están moviendo” para sumar su ciencia en este sector, algo que “tiene muy buena pinta en cuatro o cinco años”.

De hecho, citó un acuerdo específico con la Universidad de León (ULE) para la energía fotovoltaica y que, según anuncio Javier Gracia Bernal, será un “boom”.

Actualmente, Castilla y León cuenta con 25 centros industriales vinculados al sector eólico, en seis provincias, donde crean y generan 6.000 empleos directos de calidad y entre un diez y un 15 por ciento más de indirectos (hostelería, talleres mecánicos, gasolineras y personal de obra civil). Muchas de estas instalaciones se encuentran en lo que han dado en llamar la ‘España Vaciada’, que en la Comunidad representa uno de sus máximos exponentes. En total, en España se contemplan 207 centros de este tipo en 16 de las 17 autonomías. El país contabiliza 20.306 molinos para 1.123 parques eólicos en 807 municipios.

Muchos de los puestos de trabajo los protagonizan empleados que se han quedado a vivir “en pueblos de diez habitantes, pero también en cabeceras de comarca si la distancia no es mucha”. “En algún caso tenemos compañeros que gracias a su familia se mantiene abierto el colegio”, dijo Gracia. “Hay que potenciar eso. La instalación está donde está y es muy difícil de deslocalizar”, añadió.