El técnico del Pajariel Bembibre, Pepe Vázquez, cumple 50 partidos: "Es un reto seguir en esta Liga que me apasiona"

Vázquez alcanzará este sábado, en el choque que medirá a su equipo con Valencia Basket, los 50 partidos como primer entrenador en la Liga DIA

14 de Febrero de 2019
Actualizado: 19 de Febrero de 2019 a las 13:43
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El técnico del Embutidos Pajariel Bembibre, Pepe Vázquez, cumplirá el próximo sábado, en el choque que disputará su equipo frente al Valencia Basket, su 50º partido como primer entrenador en la Liga DIA. Pese a llevar casi una década en los banquillos de las dos primeras categorías del básquet femenino español, es feliz al alcanzar esta cifra en el conjunto rojillo tras estrenarse en el Ciudad de Burgos en la temporada 2013-2014 y de dirigir al CREF ¡Hola! durante la 2016-2017: “Tengo la suerte de hacer lo que me gusta y de hacerlo en un sitio en el que estoy muy a gusto”.

Llega el compostelano a esos 50 encuentros en un gran momento en lo deportivo, tras encadenar cinco victorias en las últimas seis jornadas –iguala la racha de la temporada 2014-2015 del conjunto berciano– y acariciando el objetivo de la permanencia. “Está siendo un buen momento, especial porque cada uno tiene que saber de dónde viene”, afirma Vázquez, que aclara que “veníamos de una situación mala no en cuanto a sensaciones, sino en cuanto a resultados. No sacábamos los partidos por poco”, especifica el preparador gallego, que opina que “el equipo está en un buen nivel de confianza”.

En Bembibre Vázquez vive su primera experiencia como primer entrenador en la ahora denominada Liga DIA desde el comienzo de una temporada. Vive el buen momento de su equipo con una pasión excepcional y una ilusión que asusta. “La victoria de esta temporada ante IDK Gipuzkoa –comenta– la guardaré en el cajón de las victorias especiales por cómo llegábamos, por cómo estaba el equipo, lo que merecíamos esa victoria después de tantos finales igualados perdidos. Los abrazos con la gente, la alegría de las jugadoras,… Fue un punto de inflexión”, remarca el míster del cuadro berciano, que considera que “cada una de las victorias tiene su valor por la situación de la que venimos. El inicio no fue fácil, la Liga ha crecido y no es fácil para Bembibre poder mantener la categoría. Debemox aprender a disfrutar cada victoria”, sentencia.

Dos etapas como ayudante para aprender

En lo personal también es un buen momento porque, como explica el propio Pepe Vázquez, “los entrenadores vivimos de resultados y ganar es importante. En Bembibre vuelvo a coger un equipo como primer entrenador tras mi experiencia en Perfumerías Avenida como ayudante y es especial”, enfatiza el santiagués, que a sus 50 partidos como primer entrenador añade 56 como asistente también en la máxima categoría. Recuerda que “el año pasado disfruté mucho en el club más importante de España ganando títulos. Con Miguel Ángel Ortega hice un máster porque los entrenadores necesitamos reciclarnos y ver cómo trabaja otra gente. Lo hice desde dentro y me sentí importante”, añade el técnico gallego, que admite que “aprendí mucho de las jugadoras”.

Su experiencia en Salamanca no era nueva, ya que era su segunda etapa como ayudante en la ahora llamada Liga DIA después de su primera experiencia en Vilagarcía de Arousa durante la temporada 2010-2011. “Cuando Cortegada me dio la oportunidad de ser ayudante de Tito Díaz en un equipo de Liga Femenina vi un sueño hecho realidad”, destaca el compostelano, que asegura que “en mis dos experiencias como ayudante he aprendido mucho. Con Tito aprendí a ser metódico, a ser profesional y a ponerle pasión”, explica Vázquez, triste porque aquel año, a pesar de que el club pontevedrés consiguió salvar su plaza en la Liga Femenina, tuvo que renunciar por motivos económicos.

En Cortegada debuta como primer entrenador

Ahí llegó el debut de Pepe Vázquez como máximo responsable de un banquillo. Desde 2011 a 2013, durante dos temporadas, dirigió al Cortegada en Liga Femenina 2. “Fue un paso difícil después de una campaña que deportivamente fue buena”, recuerda. “Dentro de la desgracia, tuve la suerte de hacerme con el equipo”, precisa el preparador gallego, que añade que “fue mi inicio en el baloncesto profesional y estoy muy agradecido al club por confiar en mí. Siempre estará en mi corazón”, subraya Vázquez, que acabó disputando una fase de ascenso en 2012 y teniendo que renunciar a otra pese a ser el mejor equipo en la Liga Regular.

Al final de la temporada 2012-2013 Pepe Vázquez se va de Vilagarcía de Arousa y tras un pequeño lapso de tiempo, en la 6ª jornada de la siguiente, debuta como entrenador en la entonces denominada Liga Femenina. 49 partidos han pasado desde aquel 15 de noviembre, fecha en la que Pepe Vázquez se estrenara como máximo responsable del banquillo del Ciudad de Burgos. El compostelano debutó ganando (59-51) al que ahora es su equipo. “Lo guardo como un bonito recuerdo porque fue con victoria”, apunta.

En Burgos, admite Vázquez que vivió una experiencia que, pese al triste desenlace, fue muy provechosa: “Que se acordaran de mí después de dos años como entrenador fue una alegría muy grande. Llegué con ganas de comerme el mundo”, bromea el míster gallego, que recuerda que “el día del debut estaba nervioso y fue contra un equipo que jugaba bien. Aquella victoria fue importante”, prosigue. “El año fue bueno porque fuimos a una Copa de la Reina de cuatro y estuvimos cerca de los playoffs”, rememora el técnico del cuadro berciano, que cree que “fue un logro muy grande. Se volvieron a cruzar los problemas económicos y sufrí un varapalo porque el equipo no pudo salir”, lamenta.

“Un periplo para reinventarme”

Después de esa temporada, durante la 2014-2015, Vázquez entrenó al Ensino de Lugo, de Liga Femenina 2, antes de dirigir al Hørsholm 79ers de la Primera División Femenina de Dinamarca. “No confió en mí nadie en la Liga Femenina y tuve un periplo para reinventarme e incluso mejorar mi inglés”, rememora el adiestrador gallego, que empezó el curso 2016-2017 con el ADBA antes de que el CREF ¡Hola! reclamara sus servicios para intentar salvar a un equipo inmerso en graves problemas institucionales y deportivos.

Los problemas volvieron a entrar en la vida de Pepe Vázquez. “Estuve en Avilés muy a gusto y llegué a CREF, una apuesta arriesgada porque el club institucional y deportivamente no estaba muy bien”, describe el gallego, que opina que “era mi oportunidad de reengancharme a la Liga. Me arriesgué con la ilusión de hacer mi trabajo e intenté hacerlo lo mejor posible dentro de las circunstancias”, argumenta el ahora míster del elenco rojillo, que recuerda que “casi obramos el milagro de salvarnos, pero pesaron mucho los problemas. Me sirvió para aprender y guardo gran recuerdo de las jugadoras”, zanja el preparador gallego, que asegura que “en líneas generales guardo cariño a todas porque siempre he tratado de llevarme bien con todas”.

“Ojalá cumpla los 100 partidos con Bembibre”

Una trayectoria con tantos contratiempos no impide a Pepe Vázquez estar ilusionado. “Es un reto seguir en esta Liga que me apasiona”, subraya el compostelano, que recuerda que “empecé a entrenar con 18 años en femenino. Estar en la máxima categoría es un sueño”, asevera el míster gallego, que desea asegurar la permanencia: “Ojalá el futuro me depare muchos más partidos, pero mi mente está en conseguir el objetivo del club, que es salvarse y que la gente acabe contenta con mi trabajo. Está por encima del mío personal o del de cualquier jugadora”, apostilla el santiagués, muy feliz en la capital del Bierzo Alto: “Ojalá los 100 partidos los cumpla con Bembibre”.

Esa felicidad se ve en su gestualidad y sus expresiones. Quizá por el hecho de debutar en la máxima categoría contra el conjunto bembibrense, Pepe Vázquez reconoce que siempre ha sentido predilección por el equipo de la villa del Boeza: “Siempre he valorado mucho que un equipo de una localidad tan pequeña pueda competir con ciudades y proyectos más poderosos. Siempre me despertó simpatía, siempre que vine como rival fui tratado con cordialidad”, recapitula el técnico del conjunto del Bierzo Alto, que agrega que “siempre me pareció que la gente del club priorizaba ser persona y era muy razonable incluso en las derrotas. Despertó ese feeling positivo que ahora, una vez que estoy dentro, mejora esos vaticinios iniciales”, rubrica.