Bogás ha afirmado que "para no poner en riesgo ni el objetivo final de alcanzar un mix 100% renovable en 2050, ni el abastecimiento energético durante ese largo camino, es indispensable aprovechar los recursos que poseemos". De ahí que, para llegar a ese estado 'libre de emisiones', según él haya que construir nuevas centrales de gas "para evitar el desabastecimiento", lo que supondría "incrementar de manera muy relevante las emisiones totales". Esto supondría el aumento en las tarifas eléctricas y agravaría el problema de la pobreza energética.
Por todo ello, ha continuado Bogás, para alcanzar el objetivo de ‘cero emisiones’ de CO2 en 2050, el cierre de centrales térmicas se llevará a cabo de manera gradual y ‘acompasada con los avances tecnológicos’, lo que también hace necesario alargar la utilización de las nucleares.
Anticipar el cierre de esas centrales, aseguró, exigiría construir nuevas centrales de gas para evitar el desabastecimiento.
De esta forma, la empresa filial de la pública italiana Enel asegura que mantiene su apuesta por un “nuevo paradigma energético”, que inclute avanzar en un periodo de transición hacia una Europa descarbonizada en el año 2050. En ese camino Endesa plantea “mantener las centrales nucleares y las térmicas eficientes más allá de 2030 para asegurar una transición suave evitando nuevas inversiones ineficientes en combustibles fósiles.
Cabe recordar que para que Compostilla II continúe con su actividad más allá de 2023 -en 5 años- debe invertir cerca de 200 millones en los que está cuantificada su modernización para cumplir con la nueva política europea de emisiones.