Bañuelos, que tiene su estudio en Fabero y vive a caballo entre la capital y su tierra natal, se ha mostrado "encantando, abrumado y con mucha responsabilidad por la historia de esta tradicional fiesta y por los mantenedores ilustres que han pasado por aquí". En su pregón ha querido rememorar los tiempos de su infancia y cómo han cambiado las cosas desde entonces. "El botillo se come entre amigos, es para abrir sobre la mesa y compartirlo", ha dicho. Desde luego tiene un papel importante en la vida y memoria de este berciano, que como ha contado, come cada año el día de Año Nuevo con su padre y su familia.
Satisfecho y acompañado de vecinos y amigos de lejos que no han querido perderse el momento, Bañuelos ha contado para la ocasión con la compañía de la decana de la facultad de Bellas Artes de la Complutense o con el artista Féliz de la Concha, entre otros."Otros amigos no han podido venir, como Antonio López o Julio López, que están con el corazón y se han comprometido a seguir viniendo para los cursos de verano".
Recinto Ferial Tomás Bañuelos
Antes de dar comienzo a la cena, la alcaldesa de Fabero, Mari Paz Martínez, ha destapado la placa en honor al artista delante del Recinto Ferial, que a partir de este momento llevará el nombre de Tomás Bañuelos. Así mismo, Bañuelos corresponderá el gesto donando al espacio dos esculturas 'El día' en madera y 'La noche' en bronce' que darán nombre a los dos salones del recinto. "Aunque me da cierto rubor", ha reconocido el homenajeado, "creo que es espejo de lo que se hace aquí durante el verano, un espacio dedicado al arte".
Mari Paz Martínez ha manifestado su deseo de convertir este arraigado evento, organizado por el Ayuntamiento en colaboración con la Asociación de Pensionistas y Jubilados El Cangalón, en Fiesta de Interés Turístico Provincial.