Fabero celebra la noche de Halloween, 31 de octubre, como una Santa Compaña que comenzará en el Ayuntamiento, a las 22:30 horas, y discurrirá por la localidad hasta llegar al Pozo Julia. Una vez en el punto final, se repartirá entre los asistentes queimada y rosquillas.
Tradicionalmente se explica la compaña como una reunión de almas del Purgatorio para un fin determinado. Así, a las doce de la noche se levantan los difuntos, salen en procesión por la puerta principal, una persona viva va delante con la cruz y un caldero de agua bendita en su brazo, y no puede, bajo ningún pretexto, volver la cabeza. Cada difunto lleva una luz que no se ve, pero se percibe en al ambiente.
La tradición ha variado durante los años y zonas. La versión más extendida afirma que está formado por una comitiva de almas en pena vestidas con túnicas negras con capucha que vagan durante la noche.