De Javier Prado, la Fundación ha subrayado su labor "en defensa del empleo y la riqueza" de la Comarca tras 35 años de actividad empresarial, primero en Cristalglass y desde hace diez años en Tvitec, convirtiéndose en una referencia internacional. El Jurado dijo que la trayectoria de Prado “es una lección de iniciativa emprendedora industrial para los que cada día se lanzan a crear empleo, pero también una esperanza para los que apuestan por seguir creyendo en esta tierra”. Flor Bonet, que hizo de maestra de ceremonias recordando la figura del empresario, señaló la importancia de emprendedores como él "que pasaron de cortarse las manos con cristales a dar trabajo a más de 600 personas y facturar cerca de cien millones de euros, y sin abandonar El Bierzo", porque, dijo, “para tocar el cielo hay que pisar firmemente la tierra”.
Bonet también destacó que hoy, "vidrio elaborado en El Bierzo está en edificios singulares de 50 países de los cinco continentes, forrando rascacielos en Nueva York, el Museo del Mañana en Río de Janeiro, las salas vip del aeropuerto de Qatar, las sedes centrales del BBVA o Popular en Madrid, el Hotel Hard Rock de Ibiza, y un largo etcétera".
El futuro económico del Bierzo, dijo Javier Prado "está en los emprendedores bercianos, no en los consejos de administración de las grandes empresas”. Por su parte, el galardonado agradeció el premio y destacó la buena marcha de su empresa, que "a día de hoy nuestro problema no es vender, sino producir. Es decir, dar satisfacción a nuestros clientes; en plazo, en calidad, en exigencias técnicas. Porque los proyectos que abordamos son cada día más importantes y más exclusivos”.
Prado declaró que el momento de la empresa es "tan bueno que el peligro está en la autocomplacencia, en la pérdida de la ilusión y el afán de superación". La receta que daba era “seguir siendo humildes y constantes”.
Asimismo, aprovechó la ocasión para explicar por qué había elegido El Bierzo para su empresa: porque aquí nació, se casó y ha estado toda su vida, “rezumo Bierzo por los cuatro costados”. Señaló el hándicap de las comunicaciones para instalar cualquier empresa, “es claramente nuestro punto débil. Tenemos buenos polígonos. Pero no es suficiente. No disfrutamos del esfuerzo inversor realizado por el Estado”, en referencia al AVE, por lo que los consejos de administración de las grandes empresas difícilmente se fijarán en El Bierzo. Por ello, reivindicó que la salida a la crisis del Bierzo está “entre nuestros emprendedores, volviendo a los orígenes, a la riqueza natural que tiene la comarca, la agricultura y la viticultura y toda la industria de transformación alimentaria".