José Rodríguez Losada, el cabreirés que ideó y fabricó el reloj de la Puerta del Sol

José Rodríguez Losada nació en La Cabrera y, tras una vida llena de sucesos fascinantes, fabricó y donó al Ayuntamiento de Madrid en 1866 el reloj que a día de hoy reina en la Puerta del Sol y marca las doce campanadas cada Nochevieja

31 de Diciembre de 2020
Actualizado: 23 de Septiembre de 2021 a las 20:04
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Puerta del Sol de Madrid / Foto: Carlos Delgado (Wikipedia)

 

Dicen que esta noche es la más mágica del año… (¿O es la de San Juan?). La emoción y la ilusión se dan cita cada 31 de diciembre para despedir un año que se hace cenizas y dar la bienvenida al resurgir de una nueva cifra, 365 días de oportunidades para crear nuevos recuerdos. Este año, la euforia se ve incrementada por el hecho de que nos adentramos en una nueva década.


No puede faltar en los hogares españoles la gran tradición de recibir el Año Nuevo con doce uvas, una por cada campanada que marca el Reloj de Gobernación, popularmente conocido como el Reloj de la Puerta del Sol de Madrid. Una costumbre que realizamos año tras año, bajo la promesa de que dará buena suerte. Pero… ¿conoces la verdadera historia del famoso reloj al que millones de personas mirarán atentamente esta noche?




Retrato de José Rodríguez Losada, obra de Antoine Claudet / Foto: Wikipedia

 

Resulta que el reloj más famoso del país es obra nada más y nada menos que de un vecino de La Cabrera, muy cerca de nuestro Bierzo, y su historia es fascinante. José Rodríguez Losada (1801-1870) nació en Iruela, una pequeña localidad cabreiresa. Aunque no existe demasiada documentación sobre su infancia, la rumorología apunta a que cuando tenía 17 años, mientras pastoreaba con las vacas de su familia en el Teleno, perdió una ternera a la que buscó incansable hasta encontrarla muerta. Presa del miedo ante la represalia de su familia por esta pérdida, decidió huir. El pobre joven llegó a Puebla de Sanabria (Zamora), donde un arriero le recogió y lo llevó a Extremadura.


Tras una laguna en su biografía, apareció años después en Madrid, donde ejerció como Oficial del Ejército Español durante la época del Trienio Liberal (entre 1820 y 1823). De hecho, en el desempeño de este cargo fue condecorado como Caballero de la Orden del Rey Carlos III.


Años más tarde, fue perseguido por sus tendencias liberales en una época convulsa de la historia española, motivo por el que José Rodríguez Losada se vio obligado a huir a Francia. Posteriormente se trasladó a Londres, uno de los destinos predilectos de los emigrados liberales gracias a la intervención del Comité de Ayuda a los Emigrantes. Durante sus primeros días de exilio, comenzó a trabajar en las labores de limpieza en una relojería. Fue así como, poco a poco, Losada se adentró en el oficio de relojero, haciendo alarde de una “habilidad natural”. Tras fallecer su maestro, el cabreirés heredó el negocio, que expandió por el mercado español e iberoamericano. Su fama como relojero creció hasta el punto de ser el responsable de los cronómetros de la Marina Española. Se dice que incluso contribuyó en la puesta en funcionamiento del londinense reloj del Big Ben.


Nos desviamos ligeramente de la historia para remarcar que, en la trastienda de uno de sus negocios en Londres, estableció una tertulia a la que acudían personajes de tal renombre como Zorrilla, poeta y dramaturgo español autor del drama Don Juan Tenorio.


Volviendo al cauce de los acontecimientos y llegando al fin de esta historia, durante el reinado de Isabel II y el Gobierno de O’Donnell, José Rodríguez Losada regresó a España y visitó la capital, donde se hizo eco de las quejas de los ciudadanos por el mal funcionamiento del reloj que por aquel entonces lucía el edificio del Ministerio de Gobernación. Entonces, en el año 1866, elaboró y donó al Ayuntamiento de Madrid el reloj que a día de hoy, dos siglos más tarde, sigue reinando imperante en la Puerta del Sol, epicentro del tiempo y el calendario que rige cada Nochevieja.