La innovación y la transparencia son los pilares de las propuestas de Domínguez. “Creemos que la Universidad tiene que ser más participativa y esa participación exige claridad en los asuntos que se plantean, capacidad de estar todas las voces en los órganos de decisión y que las decisiones se tomen de manera democrática”, defendió. “Hay que tener mucha imaginación, planificar lo que se quiere hacer, controlar lo que se hace y comprobar si tiene resultados o no”, añadió.
En materia económica, aboga una una planificación que -dice- no hay en León y sí en universidades vecinas como la de Valladolid. “No creo que haya problemas de dotación presupuestaria; se necesita planificar cómo se va a gastar, por eso va a existir un Vicerrectorado de Planificación Económica porque el dinero tiene que se optimizado”, expuso. Con esa premisa, anuncia que su primera medida sería una auditoría económica y socio-laboral de la institución académica. “Que cada rector tenga que rendir cuentas de lo hecho y como no ha ocurrido en este caso, sería ver en qué situación está la Universidad. Tomaremos decisiones sabiendo en qué terreno nos movemos”, detalló.
Respecto a la conveniencia de instaurar o no nuevas titulaciones se mostró cauto. “Debe ser objeto de un análisis sensato, no de propuestas que se lancen y se quieran resolver en dos días; tiene que ser meditado, consultado con los colegios profesionales, con los agentes sociales y tiene que verse la plantilla para acometer ese empeño sin que sea demasiado oneroso. Creo que titulaciones sí, pero a su ritmo y siempre con el consenso de los interlocutores que tenemos fuera de aquí, nunca improvisando”, explicó.
Respecto al campus berciano, apuntó que su situación “no es óptima” y mostró su preocupación por la marcha del máster existe sobre la industria vitivinícola “que es importantísima y no está funcionando y el mal con el que ha empezado Podología, que es una titulación que tenga que seguirse con mimo en los próximos tiempos”.