Algunos calificarán de sorprendente su rendimiento, pero Julia Gladkova llegó al Bierzo avalada por una notable trayectoria. La alero rusa, que la pasada campaña militó en el Spartak Región de Moscú-Vídnoye, está siendo una jugadora importante en el conjunto berciano, toda vez que promedia casi 13 puntos por partido y es la jugadora de la Liga DIA que más faltas provoca a sus rivales. Asegura que “sueño con llegar a los playoffs. Mi objetivo es seguir creciendo como jugadora”, puntualiza.
Pese a que el Embutidos Pajariel Bembibre sólo ha podido sumar dos triunfos en las primeras siete jornadas, Gladkova es optimista respecto al rendimiento de su equipo en las próximas citas: “Creo que todavía no hemos alcanzado nuestro verdadero nivel como equipo. Podemos jugar mucho mejor de lo que estamos jugando ahora”, opina la exterior de Kursk, que añade que “todas mis compañeras en el equipo tienen un gran potencial. Estoy segura de que el trabajo va en la dirección correcta”, zanja.
Sorprendida por la gran afición berciana
Por otro lado, pese a venir de una liga muy potente como la rusa, la alero del cuadro bembibrense cree que la Liga DIA, aunque no la conocía anteriormente, es también una de las mejores de Europa: “Para mí es la primera vez en España, así que todo es nuevo. Me gusta que haya catorce equipos porque así la Liga es más larga. El nivel de la mayoría de los equipos es muy parejo, por lo que cada partido es un desafío”, remacha.
Una de las cosas que más ha sorprendido a Julia, sin duda, es la gran afición que tiene Bembibre pese a ser la localidad más pequeña de la Liga DIA: “Siempre tenemos mucho apoyo en el Bembibre Arena. Además, siempre que es posible nos acompañan en los viajes. ¡Valoro mucho el apoyo de nuestros aficionados!”, enfatiza la exterior rusa, que reconoce que “ayudan mucho, sobre todo cuando juegas fuera de Bembibre. En Rusia es parecido, pero cuando juegas fuera es imposible por las distancias”, explica.
Fotos: Club Baloncesto BembibreSobre el clima de España: “Mis amigos tienen envidia”
Afirma Julia, por tanto, que está cómoda en el baloncesto español. También, según reconoce, en nuestro país: “Bembibre es una localidad pequeña, pero es muy confortable y cómoda. El gimnasio está cerca de mi casa y siempre hay tiempo libre para el trabajo extra”, explica Gladkova, que admite que “no hay muchas cosas que hacer cuando tienes días libres. Durante una temporada todo está orientado a la recuperación”, puntualiza.
“Mi tiempo libre –prosigue– lo dedico hablar con mi familia y amigos. Suelo leer, busco cosas en internet y veo baloncesto”, incide. “Me gusta caminar cuando hace buen tiempo porque no hay mucha gente y coches como en Moscú. Aquí puedes respirar aire fresco”, resalta Gladkova, feliz por las diferentes condiciones climáticas respecto a su país: “Ésta es una zona mucho más cálida, todavía hace sol y no necesito ponerme ropa de abrigo. En Moscú ya hay nieve; mis amigos tienen envidia”, bromea.
Asombrada con España y sus paisajes
Este buen clima le ha permitido empezar a conocer nuestro país. De hecho, durante el último parón por la ventana FIBA, estuvo en Asturias: “Vino mi madre y, aprovechando la semana libre, hice un viaje. ¡Fue increíble!”, exclamó la jugadora rusa, que recuerda que “visitamos el Parque Nacional Picos de Europa, con una gran naturaleza y montañas, y después estuvimos en distintas localidades con playa como Llanes, Ribadesella o Gijón. Tuvimos suerte de que el clima fuera sin lluvia; lo disfrutamos”, subraya Julia, que esta misma semana estuvo con unos amigos en Las Médulas, según su opinión, “un hermoso paraje del Bierzo. Me gustaría viajar más por el país porque cada región es diferente”, puntualiza.
Pese a lo mucho que está disfrutando, Julia admite que echa de menos a la familia y sus amigos. “Tengo la oportunidad de hablar con ellos, pero todavía no es como verlos cada día”, explica la alero de Kursk, que afirma que también añora una comida, tvorog, el producto lácteo más típico de Rusia. “Encontré un requesón que me recuerda al tvorog ruso, pero no es lo mismo. Estoy impaciente por volver a comer lo que me gusta cuando regrese a casa”, bromea Gladkova, contenta porque “en España no tengo que volar tanto como lo hacía Rusia. Disfruto viajando en un autobús grande mientras tenemos wifi”, ironiza.